1. Janucá no es realmente una “fiesta”
A diferencia de otras festividades como Rosh Hashaná, Pésaj, Shavuot o Sucot, en Janucá está permitido ir a trabajar, viajar y utilizar aparatos eléctricos. En Janucá, además, no hay prohibiciones especiales ni grandes oraciones.
2. Janucá casi no es mencionado en las fuentes judías
El “Libro de los Macabeos” que describe las guerras de los asmoneos quedó afuera de la Torá. Pero inclusive el Talmud, que menciona reiteradamente festividades como Pésaj o Sucot, ignora la victoria de los Macabeos en Janucá. La explicación es que en Janucá no se celebra en realidad la victoria macabea, sino el milagro del aceite que duró ocho días. De la misma manera, en Pésaj no se celebra la matanza de los primogénitos egipcios sino la libertad del pueblo de Israel.
3. Los macabeos no siempre vencieron a los griegos
Quien gobernaba la Tierra de Israel en ese momento era un gobierno helénico y se hablaba un dialecto griego, pero estrictamente no era Grecia sino el imperio seléucida cuyo centro estaba en Siria. Pero ese dato es el menos relevante: la purificación del gran Templo de Jerusalem es la mitad de una historia que está antecedida de ocho batallas durante esos años, de los cuales los macabeos triunfaron en seis.
4. No es obligatorio comer una sufganiá
Ya en el siglo XII el rabino Maimón, padre de Maimónides, escribió que comer frituras en memoria del milagro del aceite es una costumbre que no debe subestimarse. Pero, a diferencia de comer matzá en Pésaj, no se trata de un precepto o un deber. Además, con un pequeño bocado de una comida frita la tradición ya se considera cumplida.
5. La canción más popular de Janucá… No es una canción de Janucá
Después de encender las velas de Janucá se acostumbra a cantar Maoz Tzur, un himno antiguo que data del siglo XIII y que en su quinta estrofa contiene una referencia a la fiesta de Janucá. Pero la canción también hace referencias al Éxodo de Egipto y el malvado Amán, aunque no por eso Maoz Tzur es entonado durante las festividades de Pésaj o Purim. No está claro el motivo de la identificación especial de la canción con Janucá.
6. El candelabro no es necesario
El precepto más importante de Janucá es encender una vela y la costumbre de agregar una vela por día se popularizó con el correr de los años. Un nuevo libro del rabino Yosef Zvi Ramon explica que el candelabro no es obligatorio, que simplemente se pueden colocar las velas una cerca de la otra, preferiblemente a una distancia de 5 centímetros entre una y otra. La janukiá, entonces, es simplemente una manera de realizar un encendido más elegante.
7. Las solteras ashkenazíes deben encender una janukiá
Según la ley judía son los hombres los que están obligados a encender un candelabro de Janucá, pero como las mujeres también corrieron peligro durante el período de los Asmoneos también lo tienen permitido. Y es un rito especialmente importante para las mujeres ashkenazíes solteras. Al mismo tiempo, para las costumbres sefaradíes las mujeres no pueden encender una janukiá.
8. Está prohibido encender velas en edificios altos… Pero se puede
El Talmud afirma que no se puede encender una vela de Janucá en un edificio con más de 10 metros de altura y la explicación es que antiguamente las personas no llegaban a divisar alturas tan grandes, por lo que se incumplía con el objetivo de mostrar la vela para dar a conocer el milagro de la festividad. Pero hoy ya es una costumbre aceptada, ya que otros vecinos que viven en frente lo pueden divisar, por lo cual esa luz para muchos ya es considerada kosher.
9. No apto para navegantes
El encendido de una vela de Janucá es mencionado en el Talmud como el precepto de “un hombre y su casa”, por lo que se trata de una tradición que debe celebrarse dentro del hogar. Así, el rabino Rimon señala que según la Halajá no se puede encender una janukiá en un barco “abierto”.
10. Janucá y coronavirus: ¿Se pueden encender velas en aislamiento?
Según el libro del rabino Rimon, se pueden encender velas inclusive si nadie más las ve ya que dar a conocer el milagro de Janucá hacia uno mismo también es una acción importante. Así, personas que viven solas o están aisladas en el contexto de pandemia pueden iluminar su casa, aunque se recomienda dejar la vela cerca de una ventana o un sitio visible para cumplir con el precepto de la mejor manera posible.