El jefe del Comando Central de las FDI, Yehuda Fox, propuso un nuevo plan para resolver la creciente crisis de mano de obra del ejército junto con la obligación de reclutar soldados del sector ultraortodoxo.
Según el plan, los heredíes primero protegerán asentamientos en Cisjordania. De esta manera, otras tropas reclutadas y de reserva quedarán libres para otras diferentes tareas.
Más adelante, también podrán repartirse en las comunidades cercanas a las fronteras de Gaza y del norte. Según el plan, se creará una "autoridad para la defensa de asentamientos dependiente del Ministerio de Defensa".
El plan surge del entendimiento de que la defensa de los asentamientos no puede permanecer como hasta ahora y, por otro lado, un servicio de reserva amplio en todos los asentamientos sería muy costoso e ineficaz. Actualmente, durante la guerra, la defensa de los asentamientos la lleva a cabo un jefe de seguridad contratado junto con soldados, escuadrones y misiones de defensa.
El asentamiento más pequeño del Comando Central de las FDI está tripulado por 16 soldados, y los más grandes (excluyendo las ciudades) por unos 60. Tras la guerra, según un documento militar, las FDI no podrán participar en la defensa de los asentamientos al nivel anterior, incluso si se expande.
El documento indica que hay 200 asentamientos bajo la protección del Mando Central de las FDI. Asumiendo una necesidad media de 20 efectivos de por asentamiento, junto con centros de mando, logística y administración, el Mando Central necesitará aproximadamente entre 6.500 y 7.000 efectivos.
Suponiendo que los Mandos Sur y Norte dupliquen juntos el número nacional, el número total de voluntarios necesarios se situará entre 14.000 y 15.000.
Un servicio de seguridad civil como éste podría permitir el reclutamiento de ultraortodoxos, junto con otros sectores, y repartir la carga de la seguridad nacional de Israel.