A sus 38 años, viviendo en Nueva York y siendo padre de seis hijos, Hanoch Younik nunca pensó que acabaría en las reservas de Israel. Pero luego llegó el fatídico 7 de octubre.
Younik, un residente ultraortodoxo de Brooklyn, dejó a su esposa y a sus seis hijos, dos de los cuales tienen necesidades especiales, para viajar a Israel inmediatamente después de enterarse de los horrores del "Sábado Negro".
Desde entonces cumplió más de cien días en la reserva.
"La gente me dice que les conmueve ver a un ultraortodoxo en el ejército, y eso me hace feliz", afirma. "No importa dónde vivas, tu corazón está para siempre en Israel", agrega.
Ahora, Younik fue reclutado en el Batallón 8109 y todavía recuerda al miembro de la unidad que le dio el número de teléfono de un hotel destinado a todos los soldados solitarios en Jerusalem, fundado por la asociación "Rak Malka", que lleva el nombre del fallecido Matan Malka.
Matan Malka, un combatiente de la brigada de paracaidistas, saltó con sus compañeros a la zona de Kissuf el 7 de octubre y libró una batalla en la que salvó las vidas de muchos civiles. Durante su servicio, Matan adoptó a dos soldados solitarios que sirvieron con él, y sus padres decidieron implementar su voluntad de cuidar de estos soldados.
"Enseguida llamé a la asociación, me dijeron que podía ir, me preguntaron qué necesitaba y también me proporcionaron comida kosher", cuenta Hanoch. "De repente, después de tres meses, me sentí como en casa", sostiene.
Después de 139 días de guerra, Hanoch asegura que planea quedarse en Israel al menos hasta Pesaj, y en una semana, gracias a dos donantes, su esposa y seis hijos llegarán al país para visitarlo por dos semanas.