Desde el estallido de la guerra en Ucrania, 99 vuelos aterrizaron en Israel con unos 500 animales de compañía: 234 gatos, 236 perros y una chinchilla.
Los miembros de la organización filantrópica Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos (FICJ) son sensibles a las necesidades de los inmigrantes que tomaron la decisión de huir de sus hogares y cambiar por completo su vida, por eso, trabajan para ayudar y financiar la importación de las mascotas de los inmigrantes a Israel.
4 צפייה בגלריה


Igor y su esposa Nataliya con su gato, Sema.
(Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos)
La organización los asesora en todos los aspectos de la preparación, que incluye obtener un pasaporte internacional para los animales, vacunarlos y proporcionarles una jaula especial según el tamaño exigido por las aerolíneas. El vuelo requiere a veces esfuerzos especiales en los casos en que una mascota de más de 8 kg no puede viajar con los pasajeros. En esos casos, la fundación se encarga de que toda la familia, incluida la mascota, vuele a Israel vía Varsovia (Polonia).
"Nosotros, en la FICJ, estamos comprometidos a traer judíos a Israel desde cualquier parte del mundo donde estén en peligro, y seguiremos haciéndolo siempre que haya necesidad", comentó Yael Eckstein, presidenta de la organización. "La aliá desde Ucrania ha cambiado en el último año, y hemos estado ahí para responder a las necesidades cambiantes en cada momento. A veces también tenemos que ser creativos y especialmente sensibles, como en el caso de los inmigrantes que desean venir con sus mascotas, que son una parte inseparable de su familia y les proporcionan comodidad y estabilidad. Estoy encantado de que podamos brindarles la oportunidad de permanecer juntos en Israel", agregó.
Desde el estallido de la guerra en Ucrania, que cumplió 500 días el fin de semana, la FICJ ayudó a unos 5.500 inmigrantes a hacer aliá a través de Kiev y Moldavia y el vuelo número 100 aterrizó en Israel el jueves con decenas de inmigrantes.
Igor Mayurov, que llegó este jueves, hizo aliá a Israel con su gato de 12 años, Sema. Se unió al resto de su familia que lo había hecho al principio de la guerra, mientras que él se vio obligado a quedarse atrás.
"Los últimos ocho meses han sido terribles para mí. Estaba solo entre las cuatro paredes de mi casa, y sólo por la mañana podía salir a por agua o a comprar cigarrillos. Daba miedo salir; veía los cohetes y oía las explosiones en el cielo", recordó.
"Durante esos ocho meses, Sema fue mi única compañía, me escuchaba mucho, y es una pena que no pudiera responder. Cada vez que conseguía chatear por vídeo con mis hijos, siempre me pedían ver a Sema y lloraban de nostalgia. Realmente forma parte de nuestra familia, y nunca nos planteamos dejarla atrás", afirmó.
Ada Botenko, sobreviviente del Holocausto de 86 años, hizo aliá desde Odessa junto con su gato, Ksusha. "Lo dejé todo en Odessa, así que Ksusha es mi único recuerdo de mi vida en Ucrania", sostuvo. Ada hizo aliá a Israel junto con su hija para reunirse con su nieta, que también trajo al perro de la familia, Riddick, un Scottish Terrier. "Tenemos mascotas -un gato y un perro- y no podíamos dejarlas", planteó.
"Cuando decidimos escapar y hacer aliá a Israel, sólo nos llevamos una pequeña maleta con algo de ropa, y cada uno con una de nuestras mascotas. En realidad son lo más importante para nosotros. Son nuestra familia. No puedo creer que hayan pasado 500 días desde que empezó la guerra. No pensé que duraría tanto. Pero estoy feliz de haber hecho aliá a Israel con la ayuda de la FICJ y ya siento que no soy una nueva inmigrante. Hice la aliá al principio de la guerra y siento que casi me he aclimatado a Israel", cerró.