Una costumbre de Shavuot es el consumo de productos lácteos. ¿Cuál es el origen? Una de las leyendas cuenta que luego de que Dios entregara la Torá al pueblo judío la ley de carne kasher implicaba una complejidad desconocida para la alimentación, por lo que las personas se volcaron a los productos lácteos hasta que lograron acostumbrarse a las nuevas reglas.
Originalmente más difundida entre los judíos ashkenazies, pero muy arraigada actualmente en Israel, esta tradición incluye la incorporación de nutrientes importantes para la dieta diaria, ya que los lácteos son fuente de proteínas, calcio, minerales y diversas vitaminas. En algunos casos puede servir para dietas que buscan la disminución de peso, y sin ellos es muy difícil alcanzar la dosis diaria de calcio que necesitan nuestros cuerpos.
Pero para conocer los beneficios y los cuidados al momento de consumir lácteos es importante identificar el porcentaje de grasa de cada alimento. Puede parecer insignificante, pero una taza de leche (250 ml) con un 5% de tenor graso implica la incorporación de 12,5 gramos de grasa, mientras que esa misma porción de leche al 3% significa que el cuerpo obtuvo 7,5 gramos. Esas prácticas, a nivel acumulativo, producen diferencias significativas en nuestra salud.
Tanto en Israel como en el mundo, la variedad de quesos es grande y elegir bien puede ser importante para el cuidado de la salud. A continuación, un detalle para elegir con información:
Quesos blancos suaves: es el más popular en Israel y se comercializa con varios porcentajes de grasa diferentes. Ideal para untar en panificados, es recomendado en muchas dietas para bajar de peso y se recomienda consumirlos en una escala de tenor graso entre 3 y 5%.
Cottage: también conocido como requesón, es rico en proteínas y bajo en carbohidratos. Muy popular en Israel para complementar ensaladas, pan fresco y tartas. Si la intención es perder peso, se sugiere comer en variedades inferiores a 5% de componente graso.
Ricota: es una variedad italiana extraída del líquido derivado de la preparación de otros quesos. Por eso su aporte de calcio es hasta cinco veces mayor que en quesos blandos. Se utiliza en productos horneados y postres.
Salados: los quesos Safed, Hemed y Búlgaro son tres estilos israelíes que según su preparación difieren en términos de grasa, salinidad y texturas. Son ricos en proteínas y calcio en comparación con los quesos blandos, pero por otro lado contienen mucho sodio, lo que es una desventaja para una dieta baja en sal.
Quesos amarillos: así se llama en Israel a los quesos derretibles y hasta hace unos años el porcentaje mínimo de grasa que podía encontrarse en el mercado era de 17%, pero los fabricantes ya lograron bajarlo hasta 9% e inclusive 5%. Hay opiniones divididas sobre el sabor de estos nuevos productos, algunos directamente no consideran que califiquen como quesos, pero sin dudas gracias a ellos los sándwiches tostados y las pizzas son mucho menos grasosos. También aportan altos niveles de calcio.
Cabra y oveja: en líneas generales se los considera más saludables que los elaborados con leche de vaca: despierta menos reacciones alérgicas, son más fáciles de digerir, su composición de grasas es más saludable y el contenido de calcio es alto. Sin embargo, no se pueden encontrar en el mercado con un porcentaje de grasa menor al 5%, y cuenta con dos desventajas sustanciales: el precio alto y la diferencia de sabor con los quesos de vaca.
*Daniel London es dietista clínico en el grupo de apoyo de Heli Maman