En una medida inusual, la revista médica más antigua y respetada del mundo, el New England Journal of Medicine, publicó en su última edición un artículo que critica el accionar de la revista durante el Holocausto al ignorar en varios aspectos las atrocidades de los nazis y los experimentos que llevaron a cabo "en nombre de la medicina".
Bajo el título "El nazismo y la revista", los autores, dos historiadores médicos de la Universidad de Harvard, escriben que "la revista fue inusual en su cobertura esporádica del ascenso de la Alemania nazi y a menudo simplemente ignoró la depravación médica de los nazis, como los terribles experimentos llevados a cabo con los gemelos en Auschwitz y se basaron principalmente en la "teoría racial" falsa de Adolf Hitler".
La publicación del artículo es una forma de reivindicación, como parte de una serie de artículos en la revista diseñados para exponer el racismo y otras formas de prejuicios en el establishment médico.
"Aprender de nuestros errores pasados puede ayudarnos a avanzar", escribió el editor de la revista, Eric Rubin. "¿Qué podemos hacer para asegurarnos de no caer en el mismo tipo de ideas repugnantes en el futuro?", se preguntó.
Los profesores Joel Avi-Rached y Alan Brandt, que escriben el artículo, dicen que la revista prestó una "atención superficial e idiosincrásica" a las atrocidades cometidas en nombre de la ciencia por los nazis. En crudo contraste con dos artículos, otras revistas científicas importantes, Science y el Journal of the American Medical Association, cubrieron las políticas discriminatorias de los nazis durante el mandato de Hitler y expresaron su preocupación por la "opresión absoluta" de los judíos, que se produjo no sólo en la medicina sino también en derecho, artes y otras profesiones.
Por el contrario, el "New England", afirma el artículo, no publicó notas "que hablara explícitamente" sobre las atrocidades médicas de los nazis hasta 1949, cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial.
Después de investigar archivos de la revista, los investigadores se llevaron una sorpresa al descubrir "lo poco que la revista tenía que decir sobre los nazis, que asesinaron aproximadamente a 70.000 personas discapacitadas antes de dedicarse a la masacre de judíos europeos". Además, manifestaron que "en lugar de descubrir artículos que condenan o justifican las desviaciones médicas de los nazis, había algo más desconcertante: una marcada indiferencia que continuó hasta mucho después del final de la Segunda Guerra Mundial".
Sin embargo, los dos investigadores sí encontraron en los archivos un artículo que elogiaba los métodos médicos nazis: "Recent Changes in German Health Insurance under the Hitler Government", un ensayo de 1935 escrito por el Dr. estadounidense Michael Davis, una figura influyente en el campo, entonces responsable de salud, y Gertrude Kruger, una enfermera de Alemania.
El artículo elogiaba el énfasis de los nazis en la salud pública, a pesar de que la política estaba plagada de ideologías racistas sobre la superioridad innata de los alemanes.
"No hay ninguna referencia a la multitud de leyes de persecución y antisemitismo que se aprobaron en ese momento", escriben los investigadores y señalan cómo en una sección del artículo se celebra alegremente la ley que obligaba a los médicos a trabajar en los campos de concentración nazis como "una oportunidad para mezclarse con todo tipo de personas en la vida cotidiana".
Los investigadores escriben que la revista aparentemente consideró la discriminación contra los judíos "irrelevante en comparación con un cambio razonable que haga avanzar la ciencia". "Lo que se dijo quedó eclipsado por lo que nunca se dijo", afirmaron.
Por último, Avi-Rached y Brandt reflexionaron: "El silencio contribuye a cambios radicales, inmorales y catastróficos".