Hamed Bin Khalifa, el jeque emiratí que compró el 50% de las acciones del Beitar Jerusalem, brindó una conferencia de prensa con su socio israelí Moshe Hogeg y se refirió al enojo que provocó esta operación en sectores radicalizados de la afición del equipo.
“Creo que cuando me conozcan las cosas van a cambiar”, afirmó el jeque sobre el rechazo de La Familia, la principal agrupación de hinchas del Beitar, vinculada a agrupaciones de extrema derecha y que se opone a la presencia de capitales árabes en el club más popular de la capital israelí.
Bin Khalifa definió a este sector de simpatizantes como “hombres jóvenes, de 16 a 22 años, a los que les han lavado el cerebro y debemos mostrarles la luz”. Por su parte Hogeg, quien viajó a Dubai para concretar la venta de la mitad de sus acciones, agregó que “el racismo nace de la ignorancia”.
Sobre el acuerdo en sí, Bin Khalifa sostuvo que se trata de “una piedra angular de la relación que se está forjando entre los dos países” y que decidió invertir en Beitar tras un estudio de oportunidades de negocio que se abrieron en a partir del acuerdo de paz firmado en septiembre entre Israel y Emiratos Árabes Unidos. “Mi relación de hermandad con Moshe Hogeg fue la base de la decisión de firmar”, reveló.
Muhammad Bin Hamed Bin Khalifa, hijo del jeque y nuevo vicepresidente del Beitar Jerusalem, expresó que siente “un gran amor por este juego que transmite amor y paz” y adelantó que es posible que próximamente jugadores árabes integren el plantel del primer equipo, una situación que en el pasado también fue motivo de conflicto con La Familia.
“¿Por qué no? La puerta está abierta a cualquier buen jugador que pueda ayudar al club”, sostuvo el emiratí que piensa viajar pronto a Israel para conocer al equipo y las instalaciones del club.