Judíos ultraortodoxos irrumpieron en el Muro de los Lamentos contra un grupo de mujeres congregadas, y destruyeron decenas de libros de oraciones alegando que eran “libros sexuales” que la religión les obligaba a destruir.
En la mañana del viernes, que dio inicio al mes de Tamuz en el calendario hebreo, el grupo de mujeres llegó hasta el sitio sagrado de Jerusalem para celebrar una ceremonia de bat mitzvá de una niña. Del acto participaba el rabino argentino Sergio Bergman, referente de la corriente reformista y presidente de la Unión Mundial del Judaísmo Progresista.
Según las damnificadas, además de destruir los libros de oraciones hubo insultos y empujones, y el personal de seguridad del Muro de los Lamentos presente en el lugar no impidió los incidentes violentos. Yochi Rapaport, directora general de la organización “Mujeres del Muro de los Lamentos”, afirmó que “la violencia que vivimos esta mañana es el resultado directo de la incitación que sufrió en los últimos días el judaísmo pluralista” y sostuvo que el episodio se debe a que quienes ejercieron la violencia “comprenden que estamos cerca de lograr nuestro objetivo de igualdad para la oración en el Muro de los Lamentos”
“Temen por la pérdida de su monopolio sobre el judaísmo. Durante 32 años las Mujeres del Muro de los Lamentos luchamos por la liberación del lugar, y no nos detendremos hasta lograr la deseada igualdad”, agregó Rapaport.
La protesta ultraortodoxa fue impulsada por la organización Liba, que elogió a los jóvenes que participaron de la misma y no condenaron la violencia ejercida. “Los peligros del gobierno de izquierda emergente sacaron de la cama a cientos de jóvenes”, celebró el movimiento.
Oren Henig, director de Liba, acusó a las mujeres de provocar a los manifestantes. “Los jóvenes llegaron al Muro de los Lamentos frente al provocador y violento grupo de reformistas para expresar claramente lo que quiere la mayoría: detener a este gobierno malvado que amenaza con dañar el Muro de los Lamentos y la condición judía del Estado en general”.