Después de que las autoridades de Jerusalem prohibieran el transporte público y grupal hasta el domingo por la noche, cientos de israelíes ultraortodoxos fueron vistos caminando por la carretera que conduce a la capital, decididos a celebrar el último día de la festividad de Purim.
Israel impuso el jueves un toque de queda nocturno y limitó el transporte público, mientras que en Jerusalem fue totalmente prohibido para evitar que se llevaran a cabo fiestas masivas de Purim en medio de la pandemia.
Sin embargo, una gran cantidad de fiestas masivas se llevaban a cabo en varios puntos del país a pesar de las restricciones sanitarias.
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Festejos de Purim en el barrio Nachlaot, en Jerusalem (izquierda), y ultraortodoxos dirigiéndose a pie a la capital israelí para el último día de la festividad.
(Gil Yohanan, Alex Kolomoisky)
La comunidad haredí suele celebrar el último día de Purim con reuniones masivas lideradas por prominentes rabinos y sus seguidores.
Se establecieron puestos de control policial en todas las entradas a Jerusalem el sábado por la noche para garantizar que no llegaran a la ciudad grandes grupos organizados. Sin embargo, se permitió la entrada a vehículos privados.
El Ministerio de Transporte manifestó que las nuevas medidas se implementaron para "evitar grandes reuniones para eventos festivos en Jerusalem, ya que pueden convertirse en focos de infección".
Aunque el toque de queda nocturno terminó el domingo por la mañana, la policía aún parece estar alerta. La eliminación de la medida significa que los residentes pueden visitar la casa de otra persona sin temor a ser multados, lo que dificulta aún más el trabajo de la policía para encontrar y dispersar las concentraciones masivas.
"Estamos haciendo lo que hicieron en Tel Aviv", dijo un joven ultraortodoxo, aludiendo a las fiestas llevadas a cabo por todo el centro de la ciudad durante el fin de semana.
En Jerusalem, mientras tanto, el mercado Mahne Yehuda y el vecindario de Nachlaot se convirtieron en los principales puntos de las celebraciones de Purim, y los asistentes no respetaban el distanciamiento social ni utilizaban máscaras de protección.
La policía llegó a ambos lugares y dispersó a los asistentes.
En el barrio ultraortodoxo de línea dura Mea She'arim, miles de residentes disfrazados y sin máscaras protectoras fueron vistos festejando Purim, pero no había fuerzas policiales haciendo cumplir las restricciones sanitarias.
"No nos importan sus reglas, hacemos lo que queremos", expresó un residente. "Somos un Estado dentro de un Estado. No reconocemos al Estado que ha tomado al pueblo de Israel y lo ha convertido en gentiles. Sabemos cuáles son las precauciones, no se preocupen por nosotros. Podemos cuidarnos bien", agregó.