El Likud y los partidos ultraortodoxos del Judaísmo Unido de la Torá firmaron un acuerdo de coalición el miércoles por la mañana, un día antes de la toma de posesión del nuevo gobierno israelí.
El acuerdo entre los dos partidos, que refleja varias demandas de legislación por parte del Judaísmo Unido de la Torá (UTJ) a cambio de unirse al gobierno, incluye una cláusula que podría detener los avances para la infraestructura de comunicaciones de Israel y su desarrollo tecnológico.
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El partido ultraortodoxo, Judaísmo Unido de la Torá, pidió que se mantenga la 2G y la 3G para apoyar los "teléfonos kosher".
(Shutterstock)
Una de las medidas legislativas exigidas por el partido ultraortodoxo detendría el programa del Ministerio de Comunicación para eliminar gradualmente las redes celulares 2G y 3G, hasta su cierre total en 2025, con el fin de instalar la red 5G, más avanzada.
La comunidad ultraortodoxa, o haredí, está interesada en mantener sistemas de conectividad 2G y 3G porque la mayoría de los teléfonos llamados "kosher" -que no tienen funciones de Internet ni redes sociales para evitar que el usuario vea sitios web o vídeos prohibidos- suelen ser modelos antiguos, que sólo funcionan con estas redes.
Yitzhak Pindrus, presidente de la facción de la Knesset del Judaísmo Unido de la Torá, dijo que disponer de teléfonos kosher para su comunidad es un asunto importante para los dirigentes haredíes.
"Tener teléfonos que sólo sirvan para descolgar y llamar, en lugar de tener acceso a Internet y todo lo demás, es muy importante para nosotros, para nuestros hogares, nuestra educación, y por eso haremos lo que sea para que eso ocurra", comentó.
También explicó que hoy en día hay miles de miembros de la comunidad ultraortodoxa de Israel que sólo tienen teléfonos para hablar, "y queremos que siga siendo así".
Los medios de comunicación israelíes citaron a un funcionario anónimo del Ministerio de Comunicación que afirmó que cancelar el plan de eliminación progresiva de las frecuencias 2G y 3G impedirá el desarrollo tecnológico de las comunicaciones en Israel.
Pero el ministro saliente de esa area, Yoaz Hendel, tuiteó esta semana que: "Dentro de los acuerdos de coalición he descubierto hoy una cláusula que va a causar enormes daños económicos y de seguridad al Estado de Israel. Detener la transición a la generación 4 y 5 y volver a la generación 2 y 3G. Es como intentar volver al caballo y al carro en el mundo de las frecuencias. Es una alucinación".
"Quien escribió esta cláusula estaba borracho", sostuvo Hendel este lunes durante una entrevista con Radio 103 FM.
El profesor Chaim Noy, catedrático de la Facultad de Comunicación de la Universidad Bar-Ilan, afirmó que, a largo plazo, afectará a toda la infraestructura de comunicación del país y añade que la tecnología, y en concreto la tecnología de la comunicación, es siempre política. "Aquí aflora el aspecto político de los medios y la comunicación", declaró a The Media Line.
Noy señala que la modernidad se concibe comúnmente como avance, progresión y como algo positivo. Pero, añade, es importante aclarar que esto no es cierto para todos y no en todos los aspectos.
Los teléfonos móviles actuales tienen funciones visuales que podrían exponer a los usuarios a contenidos corruptos, explica, y añade que este podría ser el caso tanto de los usuarios haredíes como de los no haredíes.
Pindrus describió este contenido como una "trampa" para la gente y comparó su disponibilidad en los teléfonos con la hipotética "venta de drogas en cualquier otra tienda".
Los haredim, dijo Noy, "intentan bloquearlo, y para ellos es una cuestión moral, religiosa y ética". Añade que los dirigentes ultraortodoxos utilizan naturalmente su poder político para hacer avanzar su agenda política, como hacen todos los demás partidos. "Ese es el nombre del juego, y entienden muy bien el juego político en Israel", comentó.
Noy afirma que si un pequeño grupo de la población de un país, por las razones que sean, bloquea algún tipo de cambio en la comunicación, "por supuesto, afectará a toda la población. Se trata de beneficiar a la mayoría", afirma.
Pero Pindrus afirma que la UTJ considera que los teléfonos móviles más avanzados son negativos por sus valores educativos y dice que está dispuesta a hacer cualquier cosa para evitar que los modelos más antiguos se queden obsoletos, aunque eso signifique impedir que todo el país desarrolle su infraestructura de comunicación.
A fin de cuentas, afirma, "la educación de nuestros hijos es algo por lo que estamos dispuestos a pagar un alto precio. Y sí, creemos que es malo para nuestros hijos estar abiertos a algo así".
Luego, Pindrus acusó al gobierno israelí saliente de actuar para impedir deliberadamente que los haredim utilicen sus teléfonos kosher.
"El gobierno anterior, que nos dejará con suerte mañana, intentaba por todos los medios impedir que usáramos esos teléfonos. Eso es algo con lo que no estábamos de acuerdo", remarcó.
Por ejemplo, el ministerio se movió para permitir la movilidad del número de teléfono, lo que permitiría a un usuario de teléfono kosher cambiar a un smartphone sin que su comunidad lo supiera.
Durante la 2022 Conferencia Anual de la Sociedad Ultraortodoxa en Israel, celebrada el miércoles por el Instituto Israelí para la Democracia, Pindrus planteó que, en general, el gran número de peticiones procedentes de la UTJ en los acuerdos de coalición se suman a un único objetivo, que es mantener la situación actual, conocida como statu quo, y evitar cualquier cambio en las relaciones entre el estamento religioso y el Estado.
Ashley Perry, consultora estratégica y ex asesora principal de ministros del gobierno israelí, afirma que en la forma extrema de representación proporcional del sistema político israelí, "los partidos más pequeños en el gobierno tienen muchas exigencias y éstas se cumplen invariablemente".
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Mea Shearim, un bastión del judaísmo haredí bajo el control de autoridades rabínicas.
(Yonatan Sindel)
Añade que los partidos ultraortodoxos tienen muchas exigencias, especialmente ahora, después de haber estado fuera del gobierno durante casi dos años. "Han visto cómo se promulgaban muchas cosas que perciben como un ataque a su comunidad o contra los intereses de su comunidad", dijo.
"Definitivamente quieren intentar conseguir lo máximo posible e incluso algunos logros, que esperan conseguir de forma irreversible", cerró.
