Con seis mujeres del Likud y tres de Sionismo Religioso, y sin ninguna representación femenina en los partidos ortodoxos Shas e Yahadut HaTorá, los resultados de las elecciones en Israel revelan que la probable coalición de gobierno que lidere Benjamín Netanyahu tendrá apenas 9 mujeres, en comparación con las 30 que integran la coalición saliente.
“La representación de las mujeres en Israel retrocedió décadas”, lamentó Einat Fischer Lalo, directora ejecutiva de la Red de Mujeres de Israel. “Dos partidos políticos grandes y significativos no tiene representantes mujeres y las excluye completamente de la arena política”, agregó en referencia a las facciones ortodoxas Shas y Yahadut HaTorá, que según los votos contados hasta el momento sumarán entre ambos 19 escaños.
La disminución significativa de la cantidad de mujeres que integrarán la próxima coalición de gobierno genera preocupación por la posibilidad de que más de la mitad de la población no estará representada por el próximo gobierno y no habrá parlamentarios que promuevan los intereses y luchen por las necesidades del sector.
“Si el 51% de la población está subrepresentada, no se puede esperar respuestas o consideraciones sobre los derechos y libertades de las mujeres”, analizó Fischer Lalo. “La historia israelí demuestra que la mayor parte de la legislación relevante para promover derechos laborales y combatir la violencia de género fue promovida por parlamentarias de todo el espectro político que creen en la igualdad de género e impusieron estos temas en agenda, a veces a pesar de obstinadas resistencias”, agregó.
Hana Rado, presidenta de la organización femenista Supersonas, declaró: “Después del gobierno más equitativo de la historia, el pueblo de Israel eligió hombres. Mujeres y hombres, jóvenes y adultos, todos y todas eligieron hombres. El pueblo de Israel no quiere líderes mujeres ni igualdad de género”.
La adhesión de Israel a la Convención de Estambul que busca combatir la violencia doméstica, la ley de licencia por paternidad aprobada en primera lectura que busca reconfigurar el lugar de los hombres y las mujeres en el mercado laboral y el proyecto de ley para prevenir la violencia económica, promovido por la organización “Espíritu Femenino” y resistido por miembros de la probable coalición de gobierno, son algunos de los temas que preocupan a diversas organizaciones feministas de Israel.
Tamar Schwartz, directora ejecutiva de Espíritu Femenino, comentó que la ley que promueve su organización “lo único que pide es que los afectados por violencia económica puedan realizar una demanda civil y Sionismo Religioso se opuso”. El proyecto en este momento permanece estancado en la Knesset y Schwartz desconfía del futuro de la propuesta: “No creo que avance con el próximo gobierno”.
Rivka Neuman, integrante de la Organización Mundial de Mujeres Sionistas (WIZO), expresó su preocupación por el futuro de los derechos de las mujeres israelíes en diversas temáticas: “El aborto, la subrogación de vientes, la violencia sexual, leyes vinculadas al mercado laboral, derechos durante el embarazo y después del parto”, detalló.