La batalla contra el antisemitismo se ha librado en aulas y salas de audiencias, en pantallas grandes y pequeñas, en tesis doctorales y libros infantiles. Y ahora, mediante el arte, la lucha da un paso más y llega también al dorso de altos edificios alrededor de todo el mundo.
Un mural pintado en la ciudad de Vila Nova de Gaia, en el norte de Portugal, es la pieza piloto de un proyecto lanzado por Artists 4 Israel, una organización de beneficencia que trabaja con artistas para educar a las personas en todo el mundo sobre Israel. El mural, creado por el renombrado artista callejero Sr. Dheo, representa al difunto diplomático portugués Arístides de Sousa Mendes, quien salvó a miles de judíos europeos durante el Holocausto.
Este primer mural en Portugal es el comienzo de un proyecto que los organizadores esperan llevar a grandes y pequeñas ciudades de todo el mundo para honrar a los "justos de las naciones", un honorífico utilizado por el Estado de Israel para describir a los no judíos que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos de la muerte en la Segunda Guerra Mundial.
“Queremos educar y prevenir otro Holocausto. Queremos hacerlo de forma positiva. Queremos mostrarles a estos países y comunidades que lo hicieron bien”, declaró Craig Dershowitz, director ejecutivo de Artists 4 Israel. Y añadió: “Hubo muchas personas que defendieron la rectitud, la justicia y al pueblo judío. Por eso, buscamos elevarlos como modelos a seguir y agradecerles por lo que hicieron por nosotros”, expresó Dershowitz.
El director ejecutivo de Artists 4 Israel contó que la idea del proyecto provino de artistas que buscaban contribuir con la organización en sus propios países, pero eran incapaces de viajar a Israel por la pandemia de COVID-19. De este modo, surgió la idea de honrar a los héroes en diversas tierras.
“Los artistas que vienen a nosotros son predominantemente no judíos. De hecho, no sé si hay artistas judíos hasta ahora en los murales que hemos planeado. Y esa es la idea, que las personas no judías estén de nuestro lado”, afirmó Dershowitz.
Muchos conocen los nombres y las historias de personajes como Oskar Schindler y Raoul Wallenberg, pero con más de 27.000 personas a las que se les ha otorgado el título de "justos entre las naciones", el proyecto se propone contar algunas de las figuras menos conocidas. De este modo, Yad Vashem está ayudando con el acceso a la información y los archivos.
Sousa Mendes fue cónsul general de Portugal en Burdeos, en el suroeste de Francia. En ese momento, cruzar la frontera de Francia hacia España y luego hacia Portugal era la única vía de escape de la ocupación alemana. Mientras que a los titulares de visas para viajar al extranjero se les permitió transitar por Portugal, el dictador portugués António de Oliveira Salazar negó el refugio a los que no tenían visas.
Sousa Mendes, un católico devoto, desafió las órdenes de su gobierno y estableció una oficina improvisada en el consulado para proporcionar permisos de tránsito sin cargo. Al enterarse de su operación, las autoridades portuguesas convocaron a Sousa Mendes a Lisboa y lo destituyeron de su puesto. El protagonista de esta historia murió sin un centavo en 1954, incapaz de mantener a su numerosa familia.
En 1966, Yad Vashem, el centro de conmemoración del Holocausto en Jerusalem, reconoció a Sousa Mendes, convirtiéndose de este modo en el primer diplomático en ser honrado como "justo de las naciones".
El Sr. Dheo, de Porto, cerca de Vila Nova de Gaia, había trabajado con Artists 4 Israel en dos ocasiones, incluido un mural en un edificio dañado durante un ataque terrorista en Netanya, al norte de Tel Aviv. “La cuestión es que el señor Dheo no tiene ninguna conexión real con el Holocausto o con la historia judía. Pero lo interesante es que, a través del proceso, él se sumergió y consiguió una comprensión real”, dijo Jeremy Goldscheider, un cineasta estadounidense que está produciendo un documental sobre el proyecto.
Goldscheider también produjo una película, Lost Town, que incorporó animación para volver a contar una historia del Holocausto. En ese sentido, dijo que se involucró en este nuevo proyecto mientras busca formas creativas de involucrar a las audiencias más jóvenes en la educación sobre el Holocausto.
Muchos portugueses saben bien quién es Dheo, pero el último mural extendió su fama y reconocimiento en otras partes del mundo, que es realmente la intención del proyecto. "Dheo también tiene una gran cantidad de seguidores en redes sociales, al igual que muchos de los artistas. Todo lo que publica alimenta el trabajo que está haciendo y realmente nos abre a una nueva audiencia, y eso es lo que nos emociona”, dijo Goldscheider.
Dheo contó que aceptó con entusiasmo la tarea y se puso a trabajar para aprender más sobre su compatriota. “Francamente, no sabía mucho sobre Sousa Mendes. Sabía parte de la historia, pero no sabía la dimensión de lo que hizo”, declaró a The Media Line. Y añadió: "Recuerdo que tan pronto como hablé con mi padre sobre este proyecto, enseguida mencionó a Sousa Mendes como un héroe y me dijo que a todos les gustaría el proyecto, especialmente a las generaciones mayores".
Si bien los artistas callejeros nunca parecen afrontar escasez de creatividad e inspiración, hay un desafío enorme en un proyecto como este: encontrar una pared lo suficientemente grande como para que sirva de lienzo, en un área donde una gran cantidad de personas vea la pintura (y sea legal).
“Estamos comenzando una especie de esfuerzo de base para llegar y encontrar ubicaciones. No se puede simplemente hacer un mural de ocho pisos en cualquier pared. Tienes que pasar mucha burocracia. Para algunos edificios, es necesario obtener el permiso de todos los residentes, por lo que es un desafío”, dijo Goldscheider.
El proceso desde la concepción de la obra de arte de Dheo tomó de tres a cuatro semanas. Primero hubo que hacer la investigación, luego obtener el permiso del Ayuntamiento para asegurar un elevador de andamio y luego plasmar el dibujo.
Si bien no se han definido ubicaciones para el próximo conjunto de murales, los organizadores del proyecto planean cubrir varios países de Europa y Estados Unidos. En ese sentido, Dershowitz dijo que la educación sobre el Holocausto se ha relegado en gran medida a museos a los que las personas ya no van y a libros de texto que ya no se leen.
“Este proyecto acerca la causa a la gente. Hace que el público lo vea automáticamente. Te lo traemos y luego lo llevarás a través de tus redes sociales al resto del mundo. Y esto es lo que queremos hacer, que la gente vea que es posible hacer las cosas de manera correcta”, finalizó Dershowitz.