En la primavera israelí el parque Hayarkon de Tel Aviv es uno de los sitios preferidos para niños, familias y deportistas. Pero el coronavirus le quitó movimiento a este enorme espacio de la ciudad, en el que por estos días solamente se pueden apreciar a un grupo de chacales.
El silencio permitió que este curioso grupo de animales se animaran a exhibirse, tumbarse en el césped y perseguirse unos a otros. Y si bien a simple vista parecieran estar divirtiéndose, expertos veterinarios aseguran que en realidad están desesperados en busca de comida.
Zvi Galin, director del departamento de veterinaria de la ciudad, explicó que los chacales son animales carroñeros que recorren el parque durante la noche y subsisten gracias a los restos de comida que dejan los humanos. Por lo tanto, sin actividad humana, la crisis del coronavirus también los afecta a ellos.
"No tienen comida, por eso se dejan ver más temprano que lo habitual y recorren distancias más largas en busca de alimentos”, explicó Galin, quien estima que en el parque Hayarkon viven alrededor de cien chacales, y que generalmente por temor mantienen distancia con las personas.
Una tarde un grupo de personas dejó platos de comida para perros y los chacales aceptaron gustosos el convite, pero la autoridad veterinaria condenó esta práctica porque esa socialización se puede convertir en una agresión hacia los humanos cuando éstos no les provean alimentos.
Al igual que en Tel Aviv, el coronavirus también habilitó la aparición de vida silvestre en otros centros urbanos de Israel: ciudadanos registraron la presencia de jabalíes en las calles de Haifa, mientras que cabras montesas dieron un paseo por la costa de Eilat.