El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles una nueva política arancelaria radical, imponiendo un arancel básico de al menos el 10% a casi todos los bienes importados y aranceles recíprocos significativamente más altos a los países con grandes déficits comerciales con Estados Unidos, incluido Israel.
Según el plan, las exportaciones israelíes se enfrentarán a un arancel del 17%, lo que genera preocupaciones sobre el posible impacto en la economía de Israel y las relaciones comerciales con su mayor mercado de exportación de un solo país.
En 2024, las exportaciones israelíes a Estados Unidos totalizaron aproximadamente 34.000 millones de dólares en bienes y servicios. La decisión marca un cambio drástico en la política comercial estadounidense, destinada a restaurar la fortaleza de la fabricación nacional y abordar los desequilibrios comerciales mundiales. Sin embargo, también amenaza con intensificar una creciente guerra comercial mundial y aumentar los precios al consumidor en Estados Unidos.
Como parte de la nueva política, se aplicará un arancel fijo del 10% a la mayoría de los productos de todos los países, excepto a aquellos que cumplen plenamente con el acuerdo T-MEC: México, Canadá y Estados Unidos. Los bienes que no cumplan con los requisitos del T-MEC permanecerán sujetos a un arancel del 25%. El arancel básico del 10% entrará en vigor este sábado a la medianoche, hora de Estados Unidos.
Además, 60 países identificados por la administración Trump como los "infractores más graves" enfrentarán aranceles recíprocos que ascienden a la mitad de las tarifas que imponen a los productos estadounidenses. Estos aranceles mejorados, incluido el arancel del 17% a Israel, entrarán en vigor el 9 de abril a la medianoche, hora de Estados Unidos.
Trump enmarcó la medida como una declaración de "independencia económica", prometiendo que reduciría la deuda nacional, bajaría los impuestos y fortalecería la producción nacional. Criticó a los líderes estadounidenses anteriores por permitir que los desequilibrios comerciales erosionen la prosperidad estadounidense y prometió que la nueva política marcaría el comienzo de un importante resurgimiento industrial.
El presidente también afirmó que los ingresos arancelarios podrían financiar una extensión de los recortes de impuestos. Funcionarios de la Casa Blanca estimaron que los aranceles podrían generar aproximadamente 600.000 millones de dólares anuales, aunque los economistas cuestionaron la cifra y advirtieron sobre consecuencias inflacionarias.
Si bien se imponen aranceles a los importadores, el costo a menudo se traslada a los consumidores. Los principales minoristas, como Walmart y Target, pueden aumentar los precios para mantener los márgenes de ganancia, especialmente si los proveedores extranjeros deciden no absorber los costos adicionales. Un estudio de la Universidad de Yale estimó que los aranceles radicales sobre las importaciones de China, Canadá y México podrían aumentar los gastos anuales de los hogares en Estados Unidos en aproximadamente 2.000 dólares.
El anuncio estaba programado originalmente para el martes, pero se retrasó un día para evitar que coincidiera con el 1 de abril, el Día de los Inocentes.
Anticipándose a la medida, Israel trató de eximirse de los nuevos aranceles. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, firmó el martes una orden que elimina todos los aranceles a las importaciones agrícolas de Estados Unidos, en coordinación con el primer ministro Benjamin Netanyahu. El objetivo era señalar el estatus de Israel como socio económico preferido y adelantarse a las nuevas medidas de Estados Unidos.
A pesar del rechazo de los agricultores israelíes, el Ministerio de Finanzas dijo que el impacto presupuestario sería mínimo, ya que actualmente sólo se recaudan unos 42 millones de shekels (11 millones de dólares) de los aranceles a las importaciones agrícolas estadounidenses. La mayoría de los productos estadounidenses que ingresan a Israel ya están libres de aranceles. Aun así, la derogación total de los aranceles agrícolas requerirá la aprobación de la Knesset, y el Parlamento se encuentra actualmente en receso.
Los funcionarios económicos de Estados Unidos enfatizaron que la política arancelaria se aplica de manera uniforme a todos los socios comerciales de Estados Unidos, y que las exenciones selectivas podrían desencadenar críticas o demandas de represalia de otros países.