Cientos de millones de cristianos celebrarán esta noche la Navidad en todo el mundo. Y en Israel, como ocurre cada año, el foco de los festejos está en Nazaret, uno de los sitios más sagrados de la tradición cristiana.
El evento central de los festejos es la tradicional procesión del viernes a la tarde que culmina en la Iglesia de la Anunciación. Pero el ambiente festivo es evidente en toda la ciudad: los árboles de Navidad decorados, los puestos que ofrecen sombreros de Papá Noel y las tiendas que venden regalos y chocolates con motivos navideños.
La policía israelí desplegó a cientos de agentes para garantizar la seguridad de los miles de israelíes que aprovechan el fin de semana para disfrutar de la experiencia navideña, que incluye la procesión y paseos por el mercado tradicional de la ciudad, repleta de tiendas de souvenirs. “Gente de todo el país viene para vivir la experiencia local, todos los hoteles de la ciudad están llenos”, afirmó Ran Ofir, jefe de la policía de Nazaret.
“La ciudad vive gracias al turismo interno y estamos felices de recibir a todos los israelíes que quieren experimentar una festividad auténtica”, celebró Maroun Abu Nasser, miembro de una de las familias más antiguas de la ciudad, sobre esta Navidad especialmente concurrida en el contexto de las restricciones para viajar al exterior debido a la propagación de la variante Ómicron de coronavirus. “Nuestro mercado es mejor que cualquiera de Europa, nuestra comida, olores y sabores triunfan en todas las cocinas del mundo”, destacó.
Doron Levav, de Nahariya, contó que viaja a Nazaret todos los años, en cada víspera de Navidad. “Vengo a celebrar con nuestros hermanos cristianos, a quienes les deseo felices fiestas y que estemos juntos tanto en los momentos felices como en los tristes”, dijo. Topaz Rezner, de Ramat HaSharon, viajó para vivenciar la experiencia navideña y afirmó que Nazaret no tiene nada que envidiarle a algunos destinos europeos. “El mercado lo disfrutamos mucho, el clima es propicio y la recepción al turista es increíble”, señaló. “Realmente se siente como estar en Europa por los sonidos, los sabores, la experiencia. Se puede disfrutar en Israel de lugares como estos, no hay necesidad de volar”, sostuvo Livnat Kisner, una israelí que viajó con amigos desde Even Yehuda.
Sonia Khoury, una guía turística local, celebró la oportunidad de trabajar intensamente este fin de semana pero se manifestó preocupada por la propagación de la variante Ómicron y las restricciones al turismo que provoca: “Este mes tenemos Navidad, pero en enero no sé qué pasará”. Hani Mazawi, un comerciante local, también expresó su incertidumbre por el turismo extranjero: “El turista israelí es muy bueno porque compra mucho, pero vienen solamente los viernes y sábados, el resto de la semana la ciudad está vacía“.