No Fue un Juego
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Leonardo Albajari

"No fue un juego": el fútbol como disparador del recuerdo de la Shoá

Una muestra educativa cuenta historias del deporte más popular del mundo durante el horror perpetrado por el régimen nazi. Leandro Albajari, periodista y creador del espacio, explica cómo y por qué unió dos temas que a simple vista parecen muy distantes.

Michelle Dreifus |
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“No fue un juego” cuenta historias de fútbol durante la Shoá, o bien se podría decir que relata la Shoá a través del fútbol. Es que estos dos temas que parecen tan distantes, son el puntapié inicial de una muestra educativa que combina el deporte más popular del mundo, con el horror perpetrado por el régimen nazi. Leonardo Albajari es periodista deportivo y quien ideó este proyecto. Su amor por el fútbol “como espacio cultural”, tal como él mismo lo precisó, así como su interés por el estudio de la Shoá, han sido los elementos que despertaron la necesidad de crear un espacio en el cual unir esas dos pasiones. Así nace No fue un juego, una exhibición que cuenta once historias que vinculan desde distintos lugares ambas temáticas. Para Albajari, “el fútbol es un disparador”. Es que la idea nació en su cabeza recordando aquellos conocimientos que había adquirido cuando era niño gracias a su amor por el deporte: “Por ejemplo, durante los mundiales, se habla mucho en las escuelas con el fútbol, los chicos empiezan a buscar las historias de los países y entienden el porqué del color de cada camiseta”. Así fue cómo comprendió que a través de esa pasión también se podía transmitir y enseñar la Shoá.
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Leonardo Albajari
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El creador de la muestra se define como “amante del fútbol”: “Entiendo desde el primer momento que el fútbol no tiene la culpa de nada, y eso es lo que defiendo en cada charla que doy, el fútbol es utilizado por los gobiernos para distintas consecuencias”. Y en el marco de la barbarie nazi, esto tampoco fue una excepción. La investigación y armado de la muestra comenzó a mediados del 2016. Albajari convocó a otros tres periodistas para conformar su equipo: Guillermo Ibarra, Gustavo Asmús y Germán Roitbarg, y así puso en marcha su proyecto. Son más de cuarenta los relatos que encontraron hasta ahora, pero no fue casual que se queden solo con once para la exhibición final. Es que éste es “un número futbolero”, relató su creador (Son once los jugadores de cada equipo en cancha durante un partido de fútbol oficial). “Lo que se hizo fue elegir las historias que nos permitieran abrirnos a la temática en lo particular y en lo general”, explicó Leonardo. Un ejemplo es el caso del futbolista austríaco Matthias Sindelar, considerado el mejor jugador en la historia de su país. Con motivo de la anexión austríaca al territorio alemán, el 3 de abril de 1938 el nazismo organizó un amistoso en Viena entre ambas selecciones, que, dadas las circunstancias, debía ganar el equipo germano. La relevancia del evento era tal que contó con Hitler presente en la tribuna. Pero las cosas no salieron como estaban planeadas. La selección local venció por 2 a 0 a Alemania, y uno de los goles lo convirtió Sindelar, quien lo festejó con un baile en tono burlón frente a donde se encontraba el líder nazi. Ocho meses después, Sindelar apareció muerto en su casa como consecuencia de una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono.
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Matthias Sindelar
Matthias Sindelar
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El creador de la muestra, explicó que este relato permite contar cómo un famoso jugador que, aunque no era judío, igualmente fue asesinado por ser disidente político. Esto conlleva también a describir frente al público de la exhibición quiénes eran perseguidos y se encontraban en los campos de concentración y de exterminio, y qué era lo que pasaba allí dentro. De este modo, es posible asociar cada una de las once historias a distintos aspectos de la Shoá, lo que genera un interés particular por lo que se está contando. Pero no son solo historias de jugadores, sino que también se habla de los clubes judíos que fueron arrasados por el régimen, así como también del fútbol que se jugaba dentro de los campos de concentración. River, Peñarol y la Shoá Albajari sostuvo que una de las grandes motivaciones de este proyecto también es poder representar al Museo del Holocausto de forma itinerante, en cada una de las sedes que se visitan. El creador de la muestra contó que es mucha la gente que no sabe que existe un museo de estas características en Buenos Aires, por lo que también se aprovecha la ocasión para informar sobre el mismo y cómo hacer para visitarlo. Además, la muestra también despierta otra inquietud entre el público: “¿Qué tiene que ver el Holocausto con Argentina?”, lo que conlleva a contar un nuevo relato que tiene que ver con el país y la Shoá: La historia de Emérico Hirschl. Hirschl era judío y nació en Hungría en el 1900. Fue el primer técnico extranjero en dirigir en Argentina cuando en 1932 se puso al frente del equipo del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata. En 1935 asumió la conducción técnica de River Plate, entidad con la que tuvo una destacada actuación y ganó seis títulos. Sin embargo, nunca olvidó sus orígenes, por lo que cada vez que llegaban barcos con judíos escapando del régimen nazi, Emérico se dirigía al puerto de Buenos Aires para intentar ayudarlos a bajar y encontrar asilo en el país.
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Emerico Hirschl
Emerico Hirschl
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Es que, en esos tiempos, los judíos tenían el ingreso vedado a la Argentina. Esto se debía a la Circular 11, que especificaba la prohibición de entrega de visas, así como de ingreso al país para aquellos judíos europeos que estén huyendo del régimen nazi. En este contexto, el técnico se dirigía al puerto e intentaba distraer a los funcionarios con sus anécdotas, lo que permitía que quienes llegaban a los barcos ingresaran al país sin cuestionamientos. Emérico también dirigió en Uruguay, más precisamente a aquel famoso Peñarol, mejor conocido como “La Máquina del 49”. Allí hizo debutar a la base de jugadores que luego conformó la selección uruguaya campeona del mundo en 1950, como fueron los casos de Ghiggia o Schaffino. Para Leonardo Albajari, creador de la muestra, esta historia no solo es importante por el vínculo entre Argentina y el Holocausto, sino que también es una de las que a él más le gusta trabajar porque tiene que ver con el humanismo: “A pesar de estar ocupado dirigiendo a River Plate, y a diferencia de lo que muchos creen, que los jugadores o técnicos están en otro mundo, él no se olvidó de sus orígenes”. Diversidad de públicos Con un representante icónico como Hirschl, no fue casual que la muestra haya sido inaugurada en el Museo de River en Marzo de 2018. Albajari expresó que muchos hinchas del propio club desconocían la historia, y quedaron impactados con el relato.
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Leonardo Albajari con Rodolfo D'Onofrio (Presidente del Club Atlético River Plate)
Leonardo Albajari con Rodolfo D'Onofrio (Presidente del Club Atlético River Plate)
Leonardo Albajari enseña la muestra al presidente de River Plate, Rodolfo D'Onofrio
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A partir de entonces, la muestra comenzó a recorrer distintos lugares, tanto dentro como fuera de Argentina. De todos modos, Albajari sostuvo que uno de sus principales objetivos siempre estuvo enfocado en los clubes deportivos: “Para nosotros es un público distinto”. Es que es un ámbito en el que el racismo existe: “Es donde creemos que hay que plantar una semilla de paz, de respeto y de tolerancia en los tiempos que estamos viviendo”. Así fue como Leonardo recibió un llamado del Hindú Club, un club de la provincia de Buenos Aires que le solicitó la muestra ya que había conflictos entre los chicos que conformaban el equipo de fútbol y los integrantes del equipo de rugby. “Los juntamos y empezamos a hablar de lo que es el deporte, la integración, y lo que significa vestir la camiseta de un club, y a su vez cómo la historia había empezado así y terminó de la forma en que terminó”, contó Albajari. En la provincia de Córdoba también se vivió una experiencia particular. Jóvenes pertenecientes a las categorías inferiores de los clubes de fútbol locales como Belgrano, Talleres e Instituto, presenciaron la muestra y fueron capacitados por Leonardo para que ellos mismos sean los guías de la exhibición que posteriormente estuvo un mes en la ciudad. Para Albajari esto fue muy fructífero: “Son pibes de 16 años hablando con chicos de su edad, es un círculo que se da, y los pibes para hablar de fútbol están mandados a hacer”. Desde la comunidad educativa también se solicita la muestra, tanto para primaria como secundaria, en colegios de todo el país. La forma de contar las historias se adapta según las edades, así como también el conocimiento que los chicos ya tengan sobre el tema. La respuesta siempre ha sido muy positiva, y uno de los mayores agradecimientos de los docentes radica en la importancia de poder contar una historia difícil de una forma que resulta atractiva y genera interés para los chicos. Otro aspecto que destacó Albajari es la posibilidad que brinda esta muestra de vincular la historia con lo que ocurre en nuestros días. Sucedió que, mientras él contaba en una escuela que los judíos estaban marcados con una estrella amarilla en la vía pública, lo que les podía traer algún tipo de consecuencia, hubo un chico que levantó la mano y dijo que sentía que le pasaba algo similar “cuando estoy con la camiseta de River por La Boca”. Estas son las situaciones que brindan un puntapié inicial para debatir sobre la discriminación en la actualidad en el contexto de la exhibición. ¿Por qué un argentino habla de fútbol y Shoá? Julius Hirsch fue soldado alemán durante la Primera Guerra Mundial y también el primer futbolista judío en integrar la selección germana. Con la asunción de Hitler, Hirsch fue expulsado de su club, perseguido y asesinado por ser judío.
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Julius Hirsch
Julius Hirsch
Julius Hirsch
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A partir del año 2005, la Federación Alemana de Fútbol lo recuerda con un galardón que lleva su nombre y premia aquellos proyectos que representen valores contra el racismo, la discriminación y el antisemitismo. En el 2018, la muestra No fue un juego recibió la distinción, siendo el primer proyecto no alemán en alcanzarlo. Albajari fue sorprendido con la noticia, y viajó especialmente al país europeo a recibir el premio. Allí brindó una conferencia, y entre otras cosas, le preguntaron cómo fue que un argentino había llegado a hablar de nazismo, fútbol y holocausto. Él tuvo tres respuestas: “Primero, porque Argentina recibió miles de sobrevivientes, segundo porque tenemos la responsabilidad eterna de haber dejado entrar al país a criminales nazis, entre ellos Eichman y Mengele, y tercero por la violencia en el fútbol que estamos viviendo”. Solo tres días después de su discurso, ocurrió el violento suceso entre Boca y River por la final de la Copa Libertadores que derivó en la suspensión del partido, a causa de una piedra lanzada al micro que llevaba a los jugadores. No habían pasado ni 24 horas de ese triste episodio, que Albajari recibió un mail desde Alemania en el que le daban la razón acerca de lo que había dicho: “No sabíamos que era para tanto”, expresaron los europeos. Ante este suceso, el creador de la muestra sostuvo que “fue por un lado vergonzoso, pero nos daba más fuerzas para seguir trabajando (…) Así seguimos recorriendo las escuelas para poder hablar de Shoá, de fútbol, de historia, pero por sobre todo hablar del presente”.
First published: 17:54, 16.08.19
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