A fines de octubre, el embajador argentino en Seúl, Corea, recibió una carta de la Industria Aeroespacial Coreana (KAI, por sus siglas en inglés). "Lamentamos anunciar que no hemos podido superar las restricciones de exportación británicas de los aviones FA-50. Continuaremos tratando de resolver el problema", expresaron los funcionarios del país asiático.
Las autoridades coreanas les dijeron a sus pares argentinos que no podrían suministrarles diez nuevos aviones de combate de dos asientos que les había encargado. Si bien los cazas están basados en el F-16 estadounidense, se encuentran equipados con sistemas británicos en la cabina de mando.
Desde 2016, la Fuerza Aérea Argentina no ha tenido aviones de combate operativos, habiendo puesto fuera de servicio el antiguo Skyhawk que compró a Estados Unidos, y el Eagle, la versión de la Industria Aeronáutica de Israel (IAI) del Mirage-5, que adquirió al Estado judío hace 40 años.
Argentina no tiene la disponibilidad económica para comprar aviones de combate occidentales avanzados, como el F-16; pero, aun peor, no logra superar el embargo de armas impuesto por Gran Bretaña en 1982, después del conflicto armado con el país europeo en las Islas Malvinas en el Atlántico Sur, en tiempos que en el país sudamericano gobernaba una dictadura militar.
Una fuerza británica con 127 barcos militares y civiles, incluidos destructores, portaaviones e incluso el buque Queen Elizabeth 2, zarpó desde Portsmouth para combatir en esa guerra. En junio, Argentina se rindió, pero el costo para los británicos fue alto: perdieron 250 hombres, siete barcos, 24 helicópteros y diez aviones de combate. Las pérdidas de los argentinos fueron significativamente mayores: 650 soldados, ocho barcos, un submarino y más de 60 aviones.
En los últimos cinco años se cancelaron tres acuerdos para la compra de aviones de combate para la Fuerza Aérea Argentina. En 2015, un trato de última hora fracasó para la adquisición de 14 cazas israelíes Kfir C-10 reacondicionados por la IAI.
El Kfir es un avión obsoleto hoy en día, pero cuenta con equipamiento avanzado desarrollado por empresas israelíes, como el radar de Elta, el sistema de guerra electrónica de Elbit-Elisra y el armamento de última generación de Rafael, por lo que es capaz de desafiar a muchos nuevos aviones de combate.
Oficialmente, el trato fue cancelado debido a que Argentina se disponía a celebrar elecciones presidenciales ese año, pero en la práctica uno de los principales obstáculos fue el asiento eyectable del Kfir, que es fabricado por la compañía británica Martin Baker.
Luego, los argentinos intentaron comprar la misma cantidad de aviones suecos Saab Griffin, de la nueva línea de producción instalada en el vecino Brasil. Pero alrededor del 30% de los componentes de la aeronave son desarrollados por la empresa británica BAE, por lo que el acuerdo no prosperó
Argentina ahora puede aceptar una oferta del gobierno chino para suministrarle los FC-17 que fabrica junto con Pakistán, o los J-10 modernos, que según publicaciones extranjeras están basados en el avión israelí Lavi, cuya producción ha sido cancelada y fue vendido a los chinos. Otra posibilidad consiste en que la Industria Aeronáutica de Israel pueda instalar un asiento eyectable estadounidense en el Kfir.
Mientras tanto, el ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, manifestó en Twitter que la continuación del embargo británico es "un nuevo ejemplo de orgullo imperialista", y agregó el hashtag #MalvinasArgentinas.