El acto central del encuentro tenía como propósito rendir homenaje a la familia Kutz, que integraban los padres Aviv y Livnat, y sus tres hijos, Yonatan, Yiftach y Rotem, quienes residían en el Kibbutz Kfar Aza, ubicado en la frontera con Gaza. Ellos fueron trágicamente asesinados por los terroristas de Hamás en el "Shabat Negro" y encontrados abrazados en el cuarto seguro de su hogar.
En los últimos 15 años, esta familia organizaba un festival de cometas en la frontera de Israel con Gaza, con un mensaje de paz. Precisamente, ese sábado 7 de octubre en la tarde estaba programada la realización del evento anual en mención. La familia fue asesinada durante la mañana del mismo día.
Es por eso que la Embajada de Israel en Colombia decidió rendir un homenaje a la familia Kutz, en el marco del Festival "Cometas por la Esperanza".
Al concluir este acto de solidaridad y conmemoración, el embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, se dirigió a los asistentes haciendo especial énfasis en la evocación a la familia Kutz y el sentido homenaje que se les rindió. “Estoy convencido de que las cometas no tienen fronteras, nunca ven límites. Este acto es un llamado a la liberación de los secuestrados en Gaza y clamor por la paz”, aseguró.
Además, destacó que es en este tipo de momentos en los que se sigue manifestando, de manera palpable, la amistad de años entre Israel y Colombia. Asimismo, agradeció los miles de mensajes de solidaridad y apoyo que la Embajada recibió desde todos los rincones de Colombia, después de la masacre y las atrocidades que cometió Hamás contra ciudadanos israelíes inocentes.
Durante la jornada se llevaron a cabo diversas actividades. Bailes de música folclórica israelí y de salsa colombiana, así como un torneo de fútbol, que ganó el equipo de la Embajada de Israel. También se realizaron donaciones de juguetes y ropa para los niños colombianos en esta Navidad.
En el marco del encuentro en el club capitalino, se realizó una exposición fotográfica con imágenes capturadas por Sasha Gusov, un destacado fotógrafo de talla mundial, que llegó a Israel al inicio de la guerra, para inmortalizar el inquebrantable espíritu humano israelí.