Día histórico para Medio Oriente: Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, con el auspicio del presidente estadounidense Donald Trump, participaron de un acto en la Casa Blanca en el que se dio inicio a las relaciones diplomáticas entre el Estado judío y los dos países árabes.
Además del anfitrión Trump, viajaron a Washington especialmente para la ocasión el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, el canciller emiratí Abdullah Bin Zayed y su par de Bahrein, el ministro Abd Al Latif Al Ziani.
El Acuerdo Abraham, tal como lo tituló Trump en homenaje a la figura bíblica que comparten el judaísmo y el islam, y establece el inicio de relaciones diplomáticas entre Israel y los dos países árabes, consiste en el intercambio de embajadas y diversos acuerdos de cooperación en diferentes áreas.
"Israel, Emiratos y Bahrein empezarán a trabajar juntos, como amigos", afirmó Trump en el discurso que inauguró la ceremonia. Netanyahu, por su parte, declaró: "Es un día histórico importante, durante cientos de años los judíos rezamos por la paz, y durante décadas el Estado de Israel rezó por la paz."
Minutos antes del acto oficial Netanyahu, junto a su esposa Sara, se reunió con Trump y allí el presidente estadounidense aseguró que estos acercamientos son "un acuerdo muy fuerte, de paz verdadera" y reveló que "hay otros 5 o 6 países que en breve seguirán por el mismo camino".
Posteriormente, el mandatario norteamericano conversó con el canciller emiratí y realizó una promesa de campaña semanas antes de las elecciones en el país que se celebrarán en noviembre: "Si soy reelegido, creo que voy a llegar a un acuerdo con Irán", afirmó.
"Este es un eje de la historia, un nuevo amanecer de paz", señaló el primer ministro Benjamin Netanyahu mientras ocupaba el lugar de Trump en el balcón. "Esta no es una paz entre líderes, sino una paz entre los pueblos".
El presidente y sus aliados esperan que la ocasión mejore sus credenciales como pacifista en el apogeo de su campaña antes de las elecciones presidenciales de noviembre, en las que por ahora figura por debajo de Biden en las encuestas. Un parlamentario noruego hasta llegó a proponer al presidente norteamericano para el Premio Nobel de la Paz.
Al reunirse antes con Netanyahu en la Oficina Oval, Trump dijo: "Tendremos al menos cinco o seis países que llegarán muy rápidamente" para forjar sus propios acuerdos con Israel, pero no nombró a ninguna de las naciones involucradas en tales conversaciones.
"Esto puede llevar a la paz, una paz real, en el Medio Oriente", comentó Trump al dar la bienvenida al ministro de Relaciones Exteriores de Emiratos, Sheikh Abdullah bin Zayed Al Nahyan, hermano del poderoso príncipe heredero de Abu Dhabi.
"Estos acuerdos son un gran logro para los países involucrados y han generado un tremendo sentido de esperanza y optimismo en la región", señaló el el yerno y asesor principal de Trump, Jared Kushner, quien dirigió las negociaciones y es uno de los artífices de los acuerdos de paz que se están logrando en Oriente Medio.
A su turno, el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Arabes Unidos, Abdullah bin Zayed Al-Nahyan, le agradeció al jefe de Estado israelí, Benjamín Netanyahu, por “elegir la paz y por paralizar la anexión de territorios palestinos”.
Abdullah bin Zayed opinó que “el papel de Estados Unidos en Medio Oriente es positivo. Y esta creencia [está] evidenciada por el acuerdo de hoy”. “En cuanto a nosotros, este acuerdo nos permitirá seguir apoyando al pueblo palestino y hacer realidad sus esperanzas de un Estado independiente dentro de una región estable y próspera”.
El último en hablar durante la ceremonia fue el ministro de Relaciones Exteriores de Bahrein, Khalid bin Ahmed Al Khalifa, que expresó: “Hoy es una ocasión verdaderamente histórica. Un momento de esperanza y oportunidad para todos los pueblos de Medio Oriente y, en particular, para los millones de nuestras generaciones más jóvenes. Es un paso histórico en el camino hacia una paz genuina y duradera en la región”.
“Durante demasiado tiempo, Medio Oriente se ha visto atrasado por el conflicto y la desconfianza, provocando una destrucción incalculable” y frustrando las esperanzas de los “más jóvenes y brillantes” de la región. “Ahora estoy convencido de que podemos cambiar eso”, añadió.