La Knesset se reunió a las 4 de la tarde del domingo en una tormentosa sesión de juramentación del gobierno encabezado por el derechista Naftali Bennett y el centrista Yair Lapid, poniendo fin a los 12 años consecutivos de Benjamín Netanyahu como primer ministro.
El nuevo gobierno también marcará el final de una crisis política que provocó cuatro elecciones en dos años, incluidas dos rondas electorales durante la pandemia de coronavirus.
Se esperaba que el nuevo gobierno de rotación de 27 ministros obtuviera el apoyo de 61 de los 120 que conforman la Knesset, a pesar de que Netanyahu intentó hasta último momento frustrar el establecimiento de la nueva coalición.
Netanyahu no logró formar gobierno después de las elecciones del 23 de marzo en el país, una tarea que sus oponentes políticos lograron con minutos de sobra el 2 de junio.
Bennett, un millonario que proviene del mundo de la alta tecnología, se desempeñará como primer ministro durante dos años antes de que Lapid, un exministro de Finanzas y periodista, asuma el cargo.
Su discurso en el Parlamento fue interrumpido por gritos de miembros del gobierno saliente, incluidos ministros y diputados del partido Likud de Netanyahu, que acusaron a Bennett de mentir a sus votantes para tomar el poder.
El presidente saliente de la Knesset, Yariv Levin, también del Likud, luchó por mantener el orden en la Knesset y expulsó a algunos parlamentarios de la sesión.
Mientras tanto, Bennett elogió a su predecesor por su dedicación al país.
"Gracias, primer ministro Netanyahu", expresó Bennett, dirigiéndose a su ex mentor.
"Los he visto más de una vez en las primeras horas de la noche, [cargando] el peso de la responsabilidad. Benjamín y Sara (esposa de Netanyahu), en el camino no siempre estuvimos de acuerdo, pero ambos se sacrificaron mucho para servir a nuestra nación", agregó.
Refiriéndose a los incesantes insultos de los parlamentarios de derecha, Bennet expresó: "La fuerza de sus gritos refleja el fracaso de su gobierno".
Bennett prometió evitar que Irán obtenga armas nucleares, pero también envió un mensaje de cooperación al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
"El gobierno comienza su viaje en un momento que la amenaza más significativa para Israel, el proyecto nuclear iraní, alcanza un punto crítico", dijo." El Medio Oriente aún no se ha recuperado del primer acuerdo que proporcionó a Irán millones de dólares y también legitimidad. La renovación del acuerdo nuclear con ese país es un error que una vez más dará legitimidad a uno de los regímenes más oscuros y violentos del mundo. Israel no permitirá que Irán obtenga armas nucleares, Israel no es parte del acuerdo y seguirá manteniendo plena libertad de acción", agregó.
Bennett también envió un mensaje al presidente de Estados Unidos. "Me gustaría agradecer en nombre de todos nosotros al presidente Joe Biden por su determinación de apoyar a Israel durante la Operación Guardián de los Muros y su compromiso de larga data con Israel ... Agradezco enormemente el firme apoyo de nuestro mejor amigo estadounidense. Nuestro gobierno hará un esfuerzo para profundizar y cultivar las relaciones con nuestro amigo en ambos partidos (el Demócrata y el Republicano). Si hay desacuerdos, los manejaremos con base en la confianza básica y el respeto mutuo", manifestó Bennett.
Respecto del alto el fuego en la Franja de Gaza, Bennett advirtió que si Hamás ataca a Israel, se encontrará con una fuerte respuesta.
"Espero que continúe el alto el fuego en el sur, pero si Hamás elige el camino de la violencia contra los israelíes nuevamente, se topará con un muro de acero", advirtió.
También aseguró que trabajará para el regreso a Israel de los cuerpos de los dos soldados y los dos civiles retenidos en Gaza por Hamás.
Bennett y Lapid han formado un gobierno integrado por partidos de todo el espectro político, incluido por primera vez uno que representa a la minoría árabe que constituye una quinta parte del país.
Con la esperanza de mantener unida a su diversa coalición, planean en gran medida evitar medidas radicales en temas internacionales divisivos, como los relacionados con los palestinos, mientras se concentran en las reformas internas.
Los miembros de la Knesset se reunieron el domingo por la tarde en presencia del presidente Reuven Rivlin y la presidenta de la Corte Suprema, Esther Hayut, para aprobar el nuevo gobierno.
Bennett presentó la coalición y su agenda, así como sus ministros. Lo siguieron Lapid y el primer ministro saliente Netanyahu.
Lapid canceló su discurso previsto en el Parlamento, diciendo que estaba avergonzado de que su madre de 86 años tuviera que presenciar el comportamiento estridente de sus oponentes.
En un breve discurso, Yair Lapid dijo: "Quiero pedirle perdón a mi madre". Y añadió: "Quería que ella estuviera orgullosa del proceso democrático en Israel. En cambio, ella, junto con todos los ciudadanos de Israel, se avergüenzan de ustedes y nos recuerdan claramente por qué es hora de reemplazarlos".
Luego, el primer ministro Netanyahu tomó la palabra y prometió llevar a su partido Likud de regreso al poder. "En Irán festejan, pero tengo un mensaje para dar: volveremos pronto", afirmó.
Si no hay sorpresas de último momento, Netanyahu se convertirá en el líder de la oposición el domingo por la tarde, después de que el Parlamento apruebe un voto de confianza en la nueva coalición.
Dejó en claro que no tiene planes de renunciar al liderazgo del partido Likud y prometió "continuar la gran misión de mi vida, garantizar la seguridad de Israel". Y añadió: "Si nos toca estar en la oposición, lo haremos con la frente en alto hasta derrocar a este peligroso gobierno y volver a liderar el país en nuestro camino".
Se estima que un nuevo presidente de la Knesset, Mickey Levy, de Yesh Atid, será elegido para presidir la votación para aprobar el gobierno y la juramentación de sus ministros.