En una medida inusual, el embajador ruso en Israel, Anatoly Viktorov, fue convocado a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Jerusalem para una reprimenda, luego de que afirmara que la causa de la inestabilidad en Medio Oriente no era Irán, sino Israel, y que no había evidencia de que Hezbollah cavara túneles terroristas en la frontera norte.
En una declaración inusual y hostil hacia el país anfitrión, Viktorov agregó que "el problema en la región no es la actividad iraní, sino la falta de entendimiento entre los países y el incumplimiento de las decisiones del Consejo de Seguridad (de las Naciones Unidas) sobre el conflicto israelo-palestino". Según el embajador, "Israel es el que ataca a Hezbollah, Hezbollah no está atacando a Israel".
El diplomático ruso añadió que después de ver los túneles desde el Líbano a Israel, no hay pruebas de que Hezbollah fuese quien los construyera. "Israel debe abstenerse de atacar territorios de Estados soberanos que son miembros de la ONU", expresó Viktorov, afirmando que el primero en violar el acuerdo nuclear fue Estados Unidos y no Irán. "Se retiraron del plan y eso permitió que la parte iraní tomara medidas que no están completamente en línea con el plan", evaluó.
Viktorov fue convocado a una reunión con el jefe del establecimiento de asuntos político-estratégicos del Ministerio de Relaciones Exteriores, el embajador Alón Bar. Bar protestó con vehemencia por los comentarios del embajador Viktorov y los rechazó de plano. El funcionario enfatizó que los dichos eran inconsistentes con la realidad de Medio Oriente que se le había presentado en más de una oportunidad al embajador y que había sido discutida en conversaciones políticas y canales diplomáticos entre los dos países.
Bar remarcó la expectativa de Israel de que el diálogo, incluso sobre temas regionales, especialmente si se trata de la amenaza iraní y de las organizaciones terroristas sucediera a través de canales diplomáticos formales. El embajador ruso expresó que tiene la intención de emitir una carta de aclaración a la prensa a la luz de su afirmación de que algunos de los dichos que se le atribuyen son inexactos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Gabi Ashkenazi, se refirió a las declaraciones del embajador y dijo: "Escuchamos la declaración y citamos al embajador, quien dejó en claro que las cosas se tomaron fuera de contexto. Comentamos que nos tomamos el asunto en serio y que Israel no acepta estas declaraciones”.