Horas después de sucesivos atentados terroristas y tensiones con palestinos en Jerusalem Este, en el sur de Israel se detectaron este jueves 7 focos de incendio producidos por globos lanzados desde la Franja de Gaza, un método terrorista que no se observó en los últimos seis meses.
Cuerpos de bomberos israelíes debieron trabajar para apagar las llamas en el bosque Kissufim y áreas verdes del Consejo Regional Eshkol. Investigaciones en el lugar determinaron que el fuego se inició por globos incendiarios procedentes de Gaza. El hecho se suma a dos globos con explosivos sin detonar que fueron encontrados el lunes en una zona agrícola del sur israelí.
Los globos incendiarios dañaron el territorio israelí en el contexto de una creciente ola de violencia. En la noche del miércoles murió Yehuda Guetta, un joven israelí de 19 años víctima de un atentado en Samaria, quien estuvo internado tres días por los disparos de un terrorista palestino que fue arrestado en las últimas horas. Otros dos jóvenes fueron heridos en el ataque.
Además, medios palestinos informaron el miércoles que un menor de 16 años falleció producto de disparos del ejército israelí cerca de Naplusa, en medio de disturbios que según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina dejó un saldo de otros dos palestinos heridos.
A su vez, existen tensiones con residentes palestinos en Jerusalem Este. Hace dos semanas se produjeron fuertes enfrentamientos protagonizados por residentes palestinos y activistas israelíes de extrema derecha. Tras esa jornada de violencia durante un fin de semana fueron disparados 36 cohetes desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel. El martes pasado hubo otros dos disparos similares pero sin daños para el Estado de Israel, ya que los misiles no llegaron a cruzar la valla fronteriza y cayeron dentro del territorio gazatí.
En los últimos días también se desató un conflicto en el barrio Sheikh Jarrah, en la parte oriental de Jerusalem, en medio de la evacuación de un grupo de familias palestinas en un terreno en disputa legal con ciudadanos judíos. El martes pasado Mohammed Deif, un comandante de Hamás, afirmó que su movimiento “no se va a quedar de brazos cruzados a menos que se detenga la agresión contra los palestinos en el barrio Sheikh Jarrah” y advirtió que “Israel pagará un precio alto”.
Mientras tanto Tor Wennesland, enviado de la ONU para Medio Oriente, emitió este jueves una declaración en la que se expresó “muy preocupado por la creciente tensión y violencia en la Cisjordania ocupada, incluído Jerusalem Este, desde el comienzo del mes de Ramadan”.
“Las fuerzas de seguridad israelíes deben ejercer la máxima moderación y frenar el uso de fuerza letal”, pidió Wennesland. Además, calificó a la evacuación de familias palestinas en Sheikh Jarrah como “muy preocupantes” y exigió que “Israel deje de evacuar y demoler edificios”.
Wennesland también instó a “los líderes políticos, religiosos y comunitarios de todos los bandos que se mantengan firmes contra el terrorismo y la incitación”, y advirtió que la situación “podría salirse de control” si no se toman medidas.