Conocido popularmente como “Bogie” , este exministro de Defensa y excomandante en jefe del Ejército de Israel, ha logrado posicionarse como uno de los líderes políticos más relevantes de la actualidad. Tras haber integrado durante los últimos años la plana mayor del Likud, Moshe Yaalon estuvo determinado a alejarse de Benjamín Netanyahu y así lideró la creación de Telem, una nueva alternativa política para los electores israelíes.
En las elecciones de abril pasado, desde ese nuevo sector se resolvió por respaldar la candidatura de Benny Gantz, quien lanzó su campaña bajo el lema Kajol Laban, fusión de tres partidos políticos en las que este pujante movimiento de Yaalon estuvo incluido.
En entrevista exclusiva con Ynet Español, Yaalon realiza un análisis sobre el actual panorama político del país, a la espera de una nueva convocatoria a las urnas para el próximo 17 de septiembre.
"El resultado de las últimas elecciones que le aseguraron a Kajol Laban 35 bancas en el parlamento establece a cabalidad la necesidad que existe por parte de la sociedad israelí de encontrar una alternativa al actual modelo de liderazgo con el que se gobierna el país. Netanyahu tiene muchos méritos, pero -principalmente desde el 2015 a esta parte-, son más los elementos negativos que pueden distinguirse respecto a su mandato. Y es en este contexto que estuvimos determinados a crear Kajol Laban, como una opción de recambio para nuestro país y nuestros ciudadanos", declaró.
Comandante en jefe del Ejército de Defensa de Israel entre los años 2002 y 2005, Moshe Yaalon se integró posteriormente a la actividad política como miembro del Likud, llegando a integrar el gobierno del partido oficialista. En mayo de 2016 resolvió renunciar al Ministerio de Defensa que encabezaba desde el año 2013.
"En ese momento me di cuenta de las intenciones que me motivaban para alcanzar posiciones de liderazgo a nivel nacional. Junto a Benny Gantz -que conoce, porque experimentó como comandante en jefe, cuáles son los verdaderos desafíos del Estado-, Yair Lapid -con siete años de experiencia política- y Gabi Ashkenazi, teníamos un denominador común: la sensación de emergencia que existe en Israel por los desafíos, principalmente internos, que debe afrontar el Estado", reconoció.
Con respecto a los comicios de este año, comentó: "Lamentablemente en las elecciones de abril pasado no logramos alcanzar una mayoría suficiente para conformar Gobierno. Por su parte, Netanyahu ideó un plan que se adaptara a sus intereses personales, buscando socios que incluso debilitaran el proceso judicial que está atravesando. En el momento que no logró conformar esta coalición alineada a sus intereses, fue que decidió disolver la Knesset, cuando bien sabemos que la ley otorga la opción de devolverle el mando al presidente, que bien podría haber delegado en nosotros la responsabilidad de conformar un nuevo Gobierno".
- Para la elección de septiembre, y asumiendo que en Israel los bloques políticos son sumamente rígidos, ¿cuál es la estrategia que planea desplegar Kajol Laban para superar el umbral de los 35 escaños obtenidos en las elecciones de abril?
- Personalmente me resulta algo artificial esa tradicional separación de bloques, aquello de derechas e izquierdas es parte del pasado. Por caso, décadas atrás esa división se planteaba en términos económicos: aquellos defensores del capitalismo y el mercado liberal eran considerados derechistas, al tiempo que los socialistas eran los vinculados a la izquierda. Posteriormente, la cuestión palestina nos dividió entre derecha e izquierda: los que apoyaron los Acuerdos de Oslo (1993) eran de izquierda y quienes se opusieron eran los catalogados de derecha. Pero vivimos un proceso que transformó el conflicto israelí-palestino en algo menos relevante. En Kajol Laban somos conscientes de que no hay chance alguna en el corto y mediano plazo de poder alcanzar un acuerdo estable con los palestinos.
"En tal sentido, hemos diseñado una plataforma en común en la cual coincidimos los integrantes de Telem -representantes de aquella “derecha”- junto con los activistas de Yesh Atid que representa más a la definición de “izquierda”. Juntos entendimos que esa división entre derecha e izquierda resulta ciertamente irrelevante: los temas en común son mucho más amplios", agregó.
Más aún, Yaalon establece sobre esta división entre corrientes políticas: "Netanyahu logró redefinir la división: parecería ser que quien lo apoya es de derecha y quien lo critica es de izquierda".
- Netanyahu ha repetido en numerosas oportunidades que Gantz representa a “la izquierda débil”, incluso imponiéndolo como un eslogan de campaña. ¿Cómo piensan contrarrestar ese mensaje?
- Israel está por encima de todo. Ese es nuestro único mensaje. No tiene sentido seguir dividiendo entre izquierda y derecha. En los últimos años Netanyahu se ha preocupado solamente por él, relegando al Estado y a sus ciudadanos. Nuestro mensaje es ciertamente claro: venimos a ocuparnos del Estado y de sus habitantes. Por eso estamos reunidos tres de los últimos comandantes en jefe y un ex ministro de Finanzas. Hemos dejado muchas diferencias de lado porque entendimos que eso es lo mejor para nuestro país.
- El electorado israelí, históricamente, ha dado un valor por demás singular a los temas vinculados a la seguridad nacional. En este sentido, Netanyahu ha basado su última campaña definiéndose así mismo como “Mr. Bitajón” (“Sr. Seguridad”), ¿no es esa una ventaja del primer ministro por sobre Kajol Laban?
- Yo estuve en su gobierno como ministro de Defensa, así como Gantz y Ashkenazi actuaron como sus comandantes en jefe, y así como también Yair Lapid integró su gabinete de seguridad. Sabemos exactamente de qué se trata esta materia. Entonces el eslogan de “Mr. Bitajon”, es simplemente eso: un eslogan y más nada. Puro marketing. Así como logró vender eso de “Gantz, izquierda débil”, esto también es una mentira; ha basado su campaña electoral sobre una pila de mentiras. Al fin y al cabo, la actual fortaleza del ejército no es mérito de Netanyahu, sino que es producto de mis años de trabajo como ministro y comandante en jefe, así como de Gantz y Ashkenazi como líderes de las FDI. En el contenido y en los hechos, nosotros sabemos bien qué es lo que hay que hacer en materia de seguridad.
Asimismo, reconoció que "en muchos casos, la política de seguridad desplegada por Netanyahu fue correcta. Yo estuve ahí cuando fijamos la política frente a Irán, Siria y Hezbolá. Mis críticas se centran sobre lo sucedido en el último años. Fue el propio Netanyahu el que permitió que se llegara a un punto en el que Hamás se animara a dispararle a Israel . ¿Por qué no pasó eso cuando yo fui ministro de Defensa? ¿Por qué eso no había sucedido antes? Durante mi mandato se lograron tres años y medio de absoluto silencio por parte de Hamás en los que ni una sola bala fue lanzada hacia Israel".
"Netanyahu ha tomado de rehén los intereses de la seguridad israelí sobreponiendo sus intereses personales. Y la explicación es sencilla: él está convencido de que una intervención militar en Gaza no resultará favorable a sus intereses en estos meses previos a las elecciones", sentenció.
- Usted y Benny Gantz coincidieron como superior y subalterno cuando estuvieron al frente del Ministerio de Defensa y del Ejército, respectivamente. En la actualidad, usted se posiciona en el tercer lugar de liderazgo de Kajol Laban, al tiempo que es Gantz quien ocupa el primer lugar del partido ¿Cómo ha variado la dinámica en la relación entre ambos?
- Mucha gente me hace esa pregunta, pero en política hay una cuestión que debe entenderse como primordial: comprender qué es lo que el pueblo quiere. Y cuando nosotros observamos que las encuestas posicionaban a Gantz en un lugar de privilegio y con chances ciertas de alcanzar el Gobierno fue que, personalmente, hice a un lado el ego. Yo me enrolé hace 51 años a la Tzavá y desde entonces todo lo que he hecho ha sido por el bien de mi país. Pude haber elegido otros caminos, como el de los negocios y el dinero, pero no es el que a mi me interesa. Yo quería sentirme completo conmigo mismo, y en estos años en los que he tenido el privilegio de servir al Estado, he mantenido un contacto permanente con los soldados, y esto es estar en contacto directo con el pueblo de Israel. Toda la experiencia acumulada me sirvió al momento de volcarme a la política.
"Hoy reconozco una situación de emergencia a nivel interno y si Benny Gantz es la persona más capacitada para enfrentarla, entonces el mejor resultado solo podría surgir de unir nuestras fuerzas, hacer el ego a un lado y trabajar juntos por Israel".
- Tras las elecciones de septiembre, y vislumbrando resultados similares a los alcanzados en abril en los que Likud y Kajol Laban alcancen unos 80 lugares en la Knesset representando así a buena parte de la sociedad israelí, ¿qué posibilidad existe de conformar un gran gobierno de unidad entre ambas fuerzas?
- Si en esencia debiéramos cumplir con el pedido del pueblo, en estas próximas elecciones Likud y Kajol Laban deberíamos estar juntos. Sin embargo, la presencia de Netanyahu debería hacerse a un lado. Él representa la antítesis de todo lo que hemos dicho, y no en vano, fracasó en su intento de formar una coalición de gobierno. Incluso, se debió haber devuelto el mandato al presidente para que éste otorgara la posibilidad a Gantz -o incluso a otro parlamentario del Likud- de conformar un nuevo gobierno. Sin embargo, se optó por la disolución de la Knesset y el llamado a nuevas elecciones.
"Yo ingresé al Likud en 2009 y volvería a integrar aquel partido que lideró al país entre 2009 y 2013. Pero no al de hoy. Este Likud está manchado por Netanyahu", añadió.
- Sin Netanyahu en el liderazgo, ¿hay miembros del Likud que accionarían de una manera distinta a lo que lo hacen actualmente?
- ¡Estoy convencido! El Likud hoy se está alejando de su ideología histórica. Reitero, cuando Netanyahu no logró armar una coalición en abril debió haberle devuelto el mandato al presidente. Pero vimos cómo una vez más su interés personal estuvo por encima de todo. En lugar de generar una coalición amplia entre Likud y Kajol Laban, se determinó por conducirnos a un nuevo proceso electoral con todo lo que esto representa en materia económica: ¡es un gasto de millones de dólares! Lo digo con cierto pesar, porque él solo piensa en sí mismo.
- ¿Dónde se imagina tras las elecciones y con un resultado que lo coloque como líder de un Gobierno nacional -ya sea en una coalición- o con Gantz como primer ministro? ¿Volvería al Ministerio de Defensa?
- No es este el momento para hablar de eso, dice el dicho que no hay que repartir la carne antes de que esté cocida. Pero resulta evidente que el tema de lo que le hace bien al Estado es parte de mi persona. Tras mis primeras elecciones quise ocuparme del Ministerio de Educación, pero acabé siendo designado para la cartera de Defensa. En general, creo que el futuro del Estado de Israel depende del liderazgo que de ejemplos personales, de marcar un camino, de un judaísmo democrático que fomente el crecimiento sobre las bases de la paz y la educación.
- ¿Cuál es el mensaje para las ciudadanos que dentro de menos de un mes volverán a acudir a las urnas?
- Que entiendan por sobre todo que estamos en una situación de emergencia interna. El liderazgo no puede ser corrupto. Si la sociedad observa que la prioridad para sus políticos son sus propias cuentas bancarias por sobre el bienestar del Estado… ¡“oi vavoi”! ¿Por eso atacan permanentemente a la prensa? ¿Qué es esa forma de actuar? Somos un país democrático, no somos Turquía. En esta democracia no hay que tenerle miedo a la crítica de los medios, si es que ésta es fundada y argumentada. ¿Acaso Netanyahu está por encima de la ley? No hay nadie por sobre la ley. ¿Por qué Netanyahu no debería someterse a juicio? No puede dañarse la democracia, no puede atacarse a la Suprema Corte de Justicia. Recientemente Netanyahu designó un ministro de Justicia a sabiendas de que su accionar le resultará favorable a sus intereses. ¿Qué es esto? ¿Una anarquía? ¿A dónde hemos llegado? Todo aquel que no se arrodilla ante él, termina siendo atacado.
"Por eso, hoy nos encontramos frente a un peligro interno por sobre todo y por ende digo, que estamos en tiempos de emergencia: están golpeando en las bases del Estado de Israel como estado judío y democrático. Yo quiero un país seguro, en crecimiento, que transite el camino de la paz en forma real y concreta", concluyó.
First published: 06:32, 20.08.19