El enviado de Estados Unidos que hace de mediador entre Israel y Líbano en la disputa de la frontera marítima llegó a Israel a última hora del lunes y se reunió con el primer ministro, Yair Lapid.
Su visita fue inesperada, ya que Amos Hochstein suele regresar a Washington tras visitar Beirut.
Funcionarios israelíes afirmaron que su visita es una indicación de la fuerte determinación estadounidense de poner fin a la disputa fronteriza rápidamente y evitar las provocaciones del grupo Hezbollah, respaldado por Irán.
El gobierno de Biden pretende reforzar a los moderados libaneses al gobierno y debilitar la influencia política del grupo armado. Pero el tiempo es esencial.
El gabinete de seguridad se reunirá en Jerusalem este miércoles para debatir el estado de las conversaciones tras las últimas reuniones de Hochstein con funcionarios libaneses y sobre las amenazas que plantea Hezbollah.
Hochstein ya se marchó a Washington tras su breve visita, pero los funcionarios entienden que las conversaciones van por buen camino y que se podría cerrar un acuerdo en unas semanas.
Tras reunirse en Beirut, Hochstein se mostró optimista y el sentimiento parecía ser compartido por el primer ministro libanés, Najib Mikati, que dio el visto bueno al salir de la reunión.
Pero la semana pasada, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, aseguró que considera que todos los yacimientos de gas natural en el Mediterráneo, cerca de la costa libanesa, están dentro de las aguas económicas del Líbano y que su organización atacaría cualquier perforación de Israel.
"No dudaremos", manifestó Nasrallah.