Los detalles iniciales de los intensos combates en el sur del Líbano en la madrugada del miércoles revelaron que soldados comando irrumpieron en un edificio para enfrentarse a los terroristas de Hezbolá a corta distancia, con el objetivo de evitar cualquier posible secuestro.
Al mismo tiempo, las fuerzas aéreas israelíes atacaron vehículos de la unidad Radwan de Hezbolá, que se acercaban al lugar, probablemente en un intento de capturar el cuerpo del soldado caído.
Poco después del enfrentamiento inicial dentro del edificio donde comenzó la batalla, uno de los soldados caídos yacía cerca de los terroristas sobrevivientes de Hezbolá. Temiendo que se llevaran el cuerpo, los soldados rodearon rápidamente el edificio.
Los compañeros del soldado caído irrumpieron en el edificio, entablando un combate cuerpo a cuerpo con los terroristas. Mientras tanto, el equipo de drones de la unidad Egoz identificó vehículos de refuerzo de la unidad Radwan que se acercaban, posiblemente para apoderarse del cuerpo y escapar. Los vehículos fueron alcanzados por el aire y los terroristas que se encontraban en su interior fueron neutralizados.
Durante años, las fuerzas israelíes se han entrenado para escenarios de combate en el Líbano, incluida la amenaza de secuestro de soldados, especialmente durante los preparativos para las operaciones terrestres. Hezbolá ha visto durante mucho tiempo los secuestros como un posible logro estratégico en sus batallas con Israel.
En consecuencia, se dieron directrices específicas a los soldados, delineando cómo responder a tales escenarios en todas las circunstancias, tanto durante los avances como en el combate directo con los terroristas. Estos procedimientos fueron probados minuciosamente por los "equipos rojos" de las FDI encargados de simular secuestros durante los simulacros relacionados con el Líbano.
En la batalla del miércoles, las condiciones climáticas fueron duras, con una densa niebla y oscuridad total. La Fuerza Aérea israelí bombardeó rutas y edificios cercanos, incluida una mezquita hacia donde habían huido algunos de los terroristas. La mezquita fue destruida y al menos 30 terroristas murieron en el ataque. Alrededor de 30 soldados israelíes resultaron heridos en la batalla, y al menos cuatro soldados heridos continuaron luchando.
Los soldados caídos son el capitán Harel Etinger, de 23 años, de Eli, y el capitán Eitan Itzhak Oster, de 22 años, de Modi'in Maccabim Re'ut, ambos se desempeñaron como comandantes de escuadrón en la Unidad de élite Egoz de la Brigada Comando; el sargento de primera Clase Noam Barzilay, de 22 años, de Kokhav Ya'ir Tzur Yigal; el sargento de primera clase Or Mantzur, de 21 años, de Beit Aryeh-Ofarim, y el sargento de primera clase Nazaar Itkin, de 21 años, de Kiryat Ata, todos soldados de la Unidad Egoz; el capitán Itai Ariel Giat, de 23 años, de Shoham, oficial de la Unidad Yahalom del Cuerpo de Ingeniería de Combate.
