Jornada clave en el proceso electoral israelí: a lo largo del lunes el presidente Reuven Rivlin recibió las recomendaciones de cada partido político para entregar el mandato de la formación de un gobierno, y el primer ministro Benjamín Netanyahu fue el más recomendado para ocupar el cargo y concretar su reelección.
Netanyahu recibió la recomendación de cuatro partidos con un alcance de 52 escaños en la Knesset. El candidato centrista Yair Lapid sumó 45 recomendaciones de cinco partidos y el derechista Naftalí Bennett (Yamina) recibió 7 de su propia agrupación. Hubo tres partidos, que suman 16 escaños, que se abstuvieron de recomendar un candidato.
Si bien el líder del Likud es el más recomendado, no cuenta con las voluntades suficientes para formar una coalición de al menos 61 parlamentarios y existe un bloque opositor de proporciones similares cuya premisa es interrumpir la era de Netanyahu al frente del país. Por eso, como la entrega del mandato no depende estrictamente de los números sino también de la consideración cualitativa del presidente, el resultado de esta rueda de conversaciones continúa siendo incierto.
De hecho, mientras transcurrían las últimas reuniones de Rivlin con los partidos y la “ventaja” de Netanyahu ya era un hecho, desde el bloque opositor surgió una propuesta: Lapid declaró públicamente que le ofreció a Bennett conformar un gobierno de unidad, en el que ambos roten en el cargo de primer ministro, con Bennett como designado para el rol en la primera mitad de la gestión.
“Sabemos saldar las diferencias, no nos odiamos y estamos decididos a traer el cambio que prometimos a los ciudadanos de Israel”, afirmó Lapid, quien contó sobre el ofrecimiento a Bennett para lograr “un gobierno de consenso nacional con elementos de derecha, izquierda y centro”.
Puertas adentro la propuesta de una rotación entre Lapid y Bennett ya se barajaba entre los candidatos, pero no existía un acuerdo sobre quién sería el primero de ellos en ocupar el cargo de primer ministro. El sábado a la noche ambos conversaron durante dos horas y media y se estima que allí esa diferencia quedó zanjada. Este lunes se hizo pública y la opción toma fuerza, pero no es definitiva ya que quedan cuestiones importantes por saldar entre las partes.
El ala derecha de esa potencial alianza contaría con 13 escaños y el sector de centro-izquierda con 38. Ante esa disparidad de fuerzas Bennett y Saar, referentes de los dos partidos de derecha, pretenden que en esa coalición exista un reparto equitativo del poder. Desde el sector de Lapid entienden que la posibilidad de que Bennett ejerza el cargo de primer ministro en primer término ya es una concesión lo suficientemente importante.
LAS RECOMENDACIONES
Netanyahu se posicionó como el candidato más recomendado por los partidos ya que cuenta con el apoyo de los 30 parlamentarios de su partido, el Likud. Las 22 recomendaciones restantes provienen de otras tres facciones: el partido de derecha Sionismo Religioso (6) y los partidos ultraortodoxos Yahadut HaTorá (7) y Shas (9).
Lapid alcanzó las 45 recomendaciones por decisión del ala centro izquierda del mapa político: Yesh Atid (17), Kajol Labán (8), Avodá (7) y Meretz (6). Las 7 recomendaciones restantes corresponden a Yisrael Beiteinu, el partido de Avigdor Liberman que en las últimas elecciones no se posicionó en ninguno de los bloques.
En su conversación con Rivlin el partido Yamina (7 escaños) recomendó a su líder Bennett y hubo tres facciones que se abstuvieron de recomendar a una persona en particular: Tikva Hadashá (6), liderado por Gideon Saar, y las dos representaciones árabes del parlamento: Raam (4) y la Lista Árabe Conjunta (6).
La abstención de Tikva Hadashá resultó decisiva para el conteo final, ya que impidió quebrar el “empate” entre Netanyahu (52) y la sumatoria de Lapid (54) más Bennett (7). Saar argumentó que no estaba dispuesto a tomar postura por un solo candidato, tal como exigía Rivlin basado en la ley, ya que su propuesta es que Lapid y Bennet deben liderar en conjunto las conversaciones para formar un gobierno de unidad nacional.
Ante este panorama, en las próximas horas el presidente Reuvel Rivlin deberá tomar una decisión: si le entrega a Netanyahu el mandato para formar un gobierno o elige a uno de los posibles candidatos que promueva la fórmula opositora Lapid-Bennett. El elegido tendrá una primera instancia de 28 días para formar una coalición de gobierno.