Los colegios electorales cerraron, comenzó el escrutinio de los votos, y con la apertura de las urnas también se inició la batalla por la formación del próximo gobierno de Israel. ¿Cuáles son los pasos a seguir?
Antes del 31 de marzo el Comité Electoral Central deberá entregar los resultados oficiales de las elecciones al presidente Reuven Rivlin, encargado de liderar las negociaciones de coalición.
Como primera medida, una vez que tenga los resultados sobre la mesa Rivlin deberá convocar a representantes de los partidos que obtuvieron representación en la Knesset, para que cada uno de ellos recomiende a un posible primer ministro.
Rivlin tendrá una semana para realizar los encuentros con cada partido, que serán transmitidos en vivo, y luego él mismo tendrá la palabra final para decidir quién tendrá la posibilidad de formar una coalición y convertirse en primer ministro.
Según la ley israelí, el presidente puede otorgar ese mandato a cualquier parlamentario que haya sido recomendado, más allá de que no represente al partido más votado. Rivlin deberá definir, a su criterio, quién es el candidato con mayores posibilidades de formar una coalición de al menos 61 parlamentarios sobre el total de 120 legisladores elegidos.
El miembro de la Knesset que reciba el mandato del presidente tendrá 28 días para formar un gobierno, un plazo que el presidente puede extender hasta por 14 días adicionales. Si cumplida esta instancia no hay una coalición acordada, el mandato vuelve a Rivlin que debería elegir entre dos caminos: darle la posibilidad a otro candidato o informar a la Knesset sobre la imposibilidad de formar gobierno.
Un segundo candidato tendría 28 días, sin posibilidad de prórrogas, para tratar de armar su coalición. En tanto, si el mandato va directo al parlamento, se abre un período de 21 días para que los legisladores encuentren a un candidato a primer ministro que reúna las voluntades necesarias. El elegido tendrá 14 días adicionales para diseñar esa coalición.
Si ninguna de estas opciones prospera, la Knesset se disolverá de manera automática y habrá una nueva convocatoria a elecciones en Israel, la quinta desde abril de 2019.