El presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro Yair Lapid firmaron este jueves la “Declaración de Jerusalem”, un documento de cuatro páginas que afianza los compromisos mutuos y los lazos estrechos entre Israel y Estados Unidos, y que puntualiza sobre algunas políticas comunes del contexto regional.
El texto reitera el compromiso estadounidense de “preservar y fortalecer la capacidad israelí para disuadir a sus enemigos y defenderse contra cualquier amenaza” y define a estos compromisos como “bipartidistas y sagrados” para la política estadounidense. “No son solo compromisos morales, sino también estratégicos e importantes para la propia seguridad nacional de Estados Unidos”, afirma la declaración.
Respecto al programa nuclear iraní, la Declaración de Jerusalem se compromete a “nunca permitir que Irán obtenga armas nucleares” y afirma que para garantizar ese resultado Estados Unidos “está preparado para utilizar todos sus recursos de poder nacional”. También señala que Washington se compromete a “continuar trabajando para enfrentar la agresión iraní, ya sea promovida directamente o a través de organizaciones terroristas como Hezbollah, Hamás y la Yihad Islámica Palestina”.
Sobre la asistencia a Israel en el área de seguridad, el documento sostiene que “no hay mejor manera de reflejar el apoyo fuerte y bipartidista de Estados Unidos hacia la seguridad de Israel que los memorandos de entendimiento sobre asistencia de seguridad sin precedentes que se firmaron en las últimas décadas” y define a la seguridad del Estado de Israel como “esencial para los intereses de Estados Unidos y un ancla de estabilidad regional”.
En un fragmento dedicado a los Acuerdos de Abraham, el texto dice: “Los acuerdos de paz y normalización de Israel con Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos son un agregado fundamental a los acuerdos de paz de Israel con Egipto y Jordania, todos ellos importantes para la seguridad y prosperidad de Medio Oriente”. También describe a la Cumbre del Negev, celebrada en marzo por iniciativa de Lapid y que contó con la presencia de cancilleres de distintos países árabes de la región, como un “hito en los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos e Israel para construir un nuevo marco regional”.
“Estados Unidos se compromete a continuar desempeñando un papel activo, incluso en el contexto de la próxima visita del presidente Biden a Arabia Saudita, para construir una arquitectura regional sólida, profundizando los lazos entre Israel y sus socios regionales, y promoviendo una integración regional israelí duradera”, reza la declaración.
El texto promete también que los países continuarán cooperando para “combatir todos los intentos de boicotear o deslegitimar a Israel, negarle su derecho a la autodefensa o aislarlo en cualquier foro, incluido la ONU o la Corte Penal Internacional de La Haya”. Los líderes ratificaron que “respetan plenamente el derecho a la libertad de expresión, pero rechazan con vehemencia la campaña de BDS".
Sobre el tema palestino la Declaración de Jerusalem afirma que Israel y Estados Unidos se compromenten a “continuar discutiendo los desafíos y oportunidades” del conflicto y expresan su “condena a la serie de ataques atroces contra ciudadanos israelíes que ocurrieron en los últimos meses, que confirman la necesidad de enfrentar a fuerzas radicales como Hamás”.
A su vez, en el texto “el presidente Biden reafirma su apoyo constante y de larga data a una solución de dos Estados y a promover una realidad en la que tanto israelíes como palestinos puedan disfrutar del mismo grado de seguridad, libertad y prosperidad”.