El jefe del Mossad, Dadi Barnea, regresó el lunes de Doha, donde mantuvo una larga reunión con el director de la CIA, Bill Burns, y con el primer ministro catarí, Mohammed al-Thani. La cumbre, que según fuentes conocedoras de los detalles se desarrolló en un ambiente muy positivo, comenzó el domingo a las 20:30 horas y finalizó hoy a las 13:00 horas.
La Oficina del Primer Ministro dijo, en nombre del Mossad, que en la reunión las partes discutieron un nuevo esquema unificado que combina propuestas anteriores y también tiene en cuenta los principales problemas y los desarrollos recientes en la región. El comunicado oficial agregó que "en los próximos días, las discusiones entre los mediadores y Hamás continuarán para examinar la viabilidad de las conversaciones y continuar tratando de avanzar en un acuerdo".
De hecho, durante la cumbre, las partes discutieron cómo iniciar un acuerdo. Los egipcios ofrecieron un alto el fuego de 48 horas, en el que cuatro secuestrados serían liberados e Israel liberaría prisioneros. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también se refirió a la propuesta egipcia esta noche, y dijo: "Voy a seguir esto con una línea segura. Necesitamos un alto el fuego. Esta guerra debe terminar con estas negociaciones".
El esbozo debatido en Doha tiene en cuenta la iniciativa egipcia, pero es más amplio, tanto en lo que se refiere al número de secuestrados que deben ser liberados como a la duración de la cesación del fuego. Es decir, hablan del comienzo de un acuerdo, pero más amplio.
En los próximos días, se espera que los mediadores, Catar y Egipto, hablen con Hamás y le presenten el esquema. Hasta ahora, no se ha recibido ninguna respuesta de la organización terrorista, ni positiva ni negativa, y existe la posibilidad de que Hamás diga que, en lo que a ellos respecta, es un fracaso, que no está dispuesto a llegar a un nuevo acuerdo e insiste en sus exigencias básicas: el fin de la guerra y la retirada total de Israel, incluida la ruta de Filadelfia y el cruce de Rafah.
Durante las conversaciones entre los mediadores y Hamás, se intentará obtener un mandato para avanzar en las conversaciones indirectas entre los equipos negociadores, las cuales –si se llevan a cabo– tendrán lugar en Doha y El Cairo, durante las cuales los mediadores saltarán entre las salas donde se encuentren los negociadores israelíes y palestinos.
Una fuente israelí explicó que sólo después de que los mediadores hablen con Hamás sería posible saber si había motivos para avanzar. "No se habló de iniciar el acuerdo de 'todos para todos', ésta es una iniciativa ampliada que tiene una primera parte diseñada para llevarnos a un acuerdo amplio en el futuro cercano", dijo.
Mientras tanto, a la sombra de la escalada en el ámbito norte, los estadounidenses y los cataríes también están tratando de incluir en el acuerdo una discusión sobre un alto el fuego en el Líbano, entre otras cosas, para ejercer presión sobre un acuerdo de rehenes. De hecho, si Hamás rechaza el acuerdo, un alto el fuego en el Líbano servirá como palanca para la organización terrorista de Gaza. Amos Hochstein, enviado del presidente estadounidense Joe Biden, volverá a visitar Israel la próxima semana para discutir el alto el fuego.
Fuentes familiarizadas con los detalles dijeron que los estadounidenses tienen interés en cerrar el incidente de Líbano e Irán juntos y vincularlo a un acuerdo de rehenes. Las fuentes señalaron que Hamás cree que no hay ningún cambio en la posición de Israel y, por lo tanto, no hay progreso por su parte. Según ellos, si hay progreso por parte de Israel, también puede haber un cambio desde la perspectiva de Hamás.