"Se entusiasmó con el norte", me dijo una prominente fuente política que habló extensamente con Benjamin Netanyahu en los últimos dos meses. "Dígale a cualquiera que se mueva que está prohibido entrar en una guerra total con Hezbolá. ¿Hoy? Con los éxitos viene el apetito". La fuente, cabe señalar, ciertamente no pertenecía a la izquierda, al centro o al centro-derecha.
Las conversaciones para un alto el fuego han estado en marcha durante aproximadamente una semana. Estados Unidos y la Casa Blanca despertaron de su letargo electoral y se dieron cuenta de que la gran guerra regional, la que tanto temían, era inminente. Ron Dermer fue enviado en nombre del primer ministro, y el esquema fue propuesto inicialmente por Francia. Un alto el fuego temporal de 21 días, en el que se discute el esquema de Amos Hochstein para regular la línea fronteriza. El contorno es una forma educada de permitir que Hezbollah se baje del árbol; Después de todo, Nasrallah no entró en la guerra debido a la pequeña disputa territorial en Rosh Hanikra.
Se suponía que Israel aceptaría, por primera vez, la ruptura de los lazos entre las arenas del norte y del sur. El cese de disparos en el norte. Un camino hacia un acuerdo que no sea la guerra y la implementación de la resolución 1701, aparentemente. La suposición era que un Hezbolá maltrecho no querría reanudar los combates en el futuro. En algunas de las conversaciones con Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, se planteó la posibilidad de que Netanyahu declarara en la ONU que la fase de intensificación de los combates en la Franja de Gaza está llegando a su fin. La persecución de Hamas y de los planificadores de la masacre continuará, pero estamos avanzando hacia lo que el establishment de seguridad llama "etapa tres". En el momento de la publicación, esto debería ser parte del discurso de Netanyahu. Los ministros fueron informados de ello. Esto es lo más cercano a un anuncio del fin de la guerra que hemos escuchado. No hay necesidad de exagerar: se trata esencialmente de un movimiento táctico. Literal. Y, a la luz de las reacciones de la derecha a todo el esquema, puede que también se borre por completo del discurso.
(*) La columna completa de Nadav Eyal será publicada mañana en "Yedioth Ahronot"
