Naftalí Bennett, actual primer ministro de Israel.
Naftali Bennett, primer ministro de Israel.
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Naftali Bennett, primer ministro de Israel.

Bennett se prepara para participar en la cumbre climática de Glasgow

El primer ministro afirmó que lograr cero emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050 constituye solo la mitad del trabajo y que Israel tiene la intención de ser un referente en materia tecnológica para ocuparse del resto de los desafíos. Varios líderes mundiales se reúnen en la ciudad escocesa para el evento COP26 de la ONU.

Ynet, Reuters - Adaptado por Leandro Fleischer |
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El primer ministro Naftali Bennett llegará a la ciudad escocesa de Glasgow el domingo mientras los líderes mundiales se reúnen para la cumbre COP26 de las Naciones Unidas, anunciada como una oportunidad decisiva para salvar al planeta de los efectos más calamitosos del cambio climático.
Bennett estará acompañado por la ministra de Protección Ambiental, Tamar Zandberg, la ministra de Energía, Karin Elharar, y una delegación de funcionarios y empresarios.
El primer ministro dijo antes de su viaje que Israel estaba comprometido a lograr cero emisiones de carbono para 2050.
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Bennett
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Naftali Bennett, primer ministro de Israel.
(EPA)
“Para que el mundo llegue a cero emisiones para 2050, cambiar nuestro comportamiento constituirá menos de la mitad del trabajo. La otra mitad provendrá de tecnología que aún no se ha desarrollado. Allí es donde Israel tiene que liderar"
Naftali Bennett, primer ministro de Israel
“Para que el mundo llegue a cero emisiones para 2050, cambiar nuestro comportamiento constituirá menos de la mitad del trabajo. La otra mitad provendrá de tecnología que aún no se ha desarrollado. Allí es donde Israel tiene que liderar", expresó Bennett al periódico británico The Sunday Times en una entrevista publicada el domingo.
Los líderes mundiales comenzarán el lunes la COP26, retrasada un año debido a la pandemia de COVID-19, con dos días de discursos que podrían incluir algunas nuevas promesas de reducción de emisiones.
La COP26 tiene como objetivo mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5° C por encima de los niveles preindustriales, el límite que los científicos dicen que evitaría sus consecuencias más destructivas.
Alcanzar ese objetivo, acordado en París en 2015, requerirá un aumento en el impulso político y el esfuerzo diplomático para compensar la acción insuficiente y las promesas vacías que han caracterizado gran parte de la política climática global.
La conferencia apuntará a establecer compromisos más ambiciosos para reducir aún más las emisiones, destinar miles de millones de dólares en financiamiento climático e implementar el Acuerdo de París con el consentimiento unánime de los casi 200 países que lo firmaron.
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La conferencia de la COP buscará obtener "pequeñas victorias" contra el cambio climático.
La conferencia de la COP buscará obtener "pequeñas victorias" contra el cambio climático.
La conferencia COP26 buscará obtener "pequeñas victorias" contra el cambio climático.
(EPA)
Las promesas existentes de los países para reducir las emisiones resultarían en que la temperatura promedio del planeta aumente 2.7° C este siglo, lo que según la ONU sobrecargaría la destrucción que el cambio climático ya está causando al intensificar las tormentas, exponiendo a más personas a un calor mortal e inundaciones, acabando con los arrecifes de coral y destruyendo hábitats naturales.
"Seamos claros: existe un grave riesgo de que Glasgow no cumpla [los objetivos]", dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a los líderes de las naciones ricas del Grupo de los 20 (G20) la semana pasada.
"Incluso si las promesas recientes fueran claras y creíbles, y hay serias dudas sobre algunas de ellas, todavía nos encaminamos hacia la catástrofe climática", agregó Guterres.
Las promesas existentes de los países para reducir las emisiones resultarían en que la temperatura promedio del planeta aumente 2.7° C este siglo, lo que según la ONU sobrecargaría la destrucción que el cambio climático ya está causando al intensificar las tormentas, exponiendo a más personas a un calor mortal e inundaciones, acabando con los arrecifes de coral y destruyendo hábitats naturales.
Las señales antes de la COP26 han sido mixtas. Una nueva promesa de la semana pasada de China, el mayor contaminador del mundo, fue calificada como una oportunidad perdida que ensombrecerá la cumbre de dos semanas. Los anuncios de Rusia y Arabia Saudita también fueron mediocres.
El regreso de Estados Unidos, la economía más grande del mundo, a las conversaciones climáticas fue recibido con beneplácito por la ONU, luego de una ausencia de cuatro años bajo el expresidente Donald Trump.
Pero al igual que muchos líderes mundiales, el presidente Joe Biden llegará a la conferencia COP26 sin una legislación firme que cumpla su propia promesa climática mientras el Congreso discute sobre cómo financiarla. Además, persiste la incertidumbre sobre si las agencias estadounidenses podrán regular las emisiones de gases de efecto invernadero.
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Secretario general de la ONU, António Guterres.
Secretario general de la ONU, António Guterres.
El secretario general de la ONU, António Guterres.
(Cortesía)
A diferencia de las cumbres climáticas pasadas, en el evento no se formulará un nuevo tratado ni buscará obtener una “gran victoria”, pero intentará alcanzar victorias más pequeñas pero vitales en compromisos de reducción de emisiones, financiamiento e inversión climática
Los líderes de la reunión del G20 en Roma este fin de semana dirán que su objetivo es limitar el calentamiento global a 1,5° C, pero evitarán en gran medida compromisos firmes, según un borrador de declaración revelado por Reuters.
La declaración conjunta refleja negociaciones duras, pero detalla pocas acciones concretas para limitar las emisiones de carbono.
El G20, que incluye a Israel, Brasil, China, India, Alemania y Estados Unidos, representa alrededor del 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero la esperanza de que la reunión de Roma pueda allanar el camino hacia el éxito en Escocia se ha atenuado considerablemente.
Además del desafiante contexto geopolítico, una crisis energética global ha llevado a China a recurrir al carbón altamente contaminante para evitar la escasez de energía, y ha dejado a Europa en busca de más gas, otro combustible fósil.
En última instancia, las negociaciones se reducirán a cuestiones de equidad y confianza entre los países ricos -cuyas emisiones de gases de efecto invernadero provocaron el cambio climático- y los países pobres a los que se les pide descarbonizar sus economías sin suficiente apoyo financiero.
Evaluar el progreso será complejo. A diferencia de las cumbres climáticas pasadas, en el evento no se formulará un nuevo tratado ni buscará obtener una “gran victoria”, pero intentará alcanzar victorias más pequeñas pero vitales en compromisos de reducción de emisiones, financiamiento e inversión climática.
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Activistas climáticos de la organización Extinction Rebellion se manifiestan contra el cambio climático en Glasgow antes del inicio de la conferencia COP26.
Activistas climáticos de la organización Extinction Rebellion se manifiestan contra el cambio climático en Glasgow antes del inicio de la conferencia COP26.
Activistas climáticos de la organización Extinction Rebellion se manifiestan contra el cambio climático en Glasgow antes del inicio de la conferencia COP26.
(AP)
"La forma en que pienso acerca de esto es que hay un meteoro que se acerca a nuestro planeta y tiene el potencial real de acabar con la humanidad"
Christiana Figueres, exdiplomática climática de la ONU
El éxito se juzgará en función de si esos acuerdos se suman a un progreso suficiente para mantener vivo el objetivo de 1.5° C, todavía muy lejos de ser alcanzado.
Desde el Acuerdo de París en 2015, los científicos han emitido advertencias cada vez más urgentes de que el objetivo de 1,5° C se aleja cada vez más. Para cumplirlo, las emisiones globales deben caer un 45% para 2030 desde los niveles de 2010 y llegar a un cero neto para 2050, lo que requiere grandes cambios en los sistemas de transporte, producción de energía, fabricación y agricultura de los países.
Las promesas actuales de los países derivarían en un aumento de las emisiones globales en un 16% para 2030.
"La forma en que pienso acerca de esto es que hay un meteoro que se acerca a nuestro planeta y tiene el potencial real de acabar con la humanidad", manifestó Christiana Figueres, la exdiplomática climática de la ONU que lideró las conversaciones que dieron lugar al Acuerdo de París.
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