El primer ministro Benjamín Netanyahu convocó este miércoles a un debate sobre la respuesta que brindará el Estado de Israel a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, en el contexto de la investigación que impulsa la fiscal Fatou Bensouda.
La CPI abrió una causa contra Israel por supuestos crímenes de guerra en Gaza y Cisjordania en el año 2014, un hecho fuertemente condenado por Jerusalem bajo acusaciones de antisemitismo. Semanas atrás el tribunal notificó que las partes acusadas tenían un mes de plazo para comprometerse a una investigación interna que aplace las acusaciones de Bensouda. El momento límite para responder a la solicitud es la medianoche del viernes.
Este miércoles Netanyahu convocó a una reunión sobre el tema que duró alrededor de dos horas y contó con importantes funcionarios políticos y militares: Benny Gantz, ministro de Defensa y uno de sus principales adversarios políticos; Gabi Ashkenazi, ministro de Relaciones Exteriores; Aviv Kochavi, jefe de Estado Mayor del ejército, y el fiscal general Avichai Mandelblit; entre otros. Hasta el momento, a dos días del vencimiento del plazo, el gobierno israelí no tomó ninguna decisión.
Altos mandos militares advierten que la cooperación con la CPI implicaría un precedente de reconocimiento a la autoridad de un tribunal que Israel no acepta. Por otro lado, si el gobierno no responde al pedido de abrir una investigación interna, corre el riesgo de que la fiscalía avance con rapidez en la causa, e inclusive emita órdenes de arrestos contra funcionarios o soldados israelíes.
En caso de iniciar una investigación interna, el Estado de Israel se comprometería a enviar a La Haya un informe semestral sobre los avances judiciales, lo que reforzaría el reconocimiento a la autoridad de la CPI. A su vez, la investigación interna es un camino que permite a Jerusalem “tener el balón en su campo”.
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Netanyahu y Gantz, muy distanciados políticamente, en la misma mesa para discutir cuestiones de Estado.
(Knesset)
Una tercera opción que se baraja es que Israel solicite un aplazamiento técnico de su respuesta debido a la situación política interna y las implicancias que esta decisión podría arrastrar hacia el próximo gobierno, que está en pleno proceso de formación. Este tipo de respuesta no implicaría el reconocimiento de la autoridad del tribunal.
Este debate interno en Jerusalem ocurre en el contexto de la decisión estadounidense de retirar las sanciones que pesaban sobre el tribunal de La Haya por iniciativa del gobierno del expresidente Trump. La administración actual canceló la medida en contra de la recomendación israelí, que pidió mantener las sanciones hasta el fin del mandato de Bensouda en junio de este año.