A pesar del amplio apoyo a la creación de un gobierno de unidad por parte de miembros del gobernante partido Likud y de las negociaciones en curso con ese fin, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, presentó algunos obstáculos. Su oficina emitió una declaración en la que no expresaba ninguna oposición a la propuesta, pero se oponía a su exclusión del proceso de toma de decisiones en un gabinete limitado en tiempos de guerra.
El líder de Kajol Labán, Benny Gantz, ex jefe del Estado Mayor de las FDI antes de su incursión en la política, dijo que se uniría a un gobierno de unidad sólo si se forma un gabinete de guerra e incluyó a otro ex jefe de las FDI, Gadi Eizenkot, entre sus pocos miembros.
Un alto funcionario del Likud hizo hincapié en la necesidad crítica de establecer un gobierno de unidad nacional, afirmando que los esfuerzos bélicos exitosos son inalcanzables sin un gobierno fuerte, dado el panorama político y ministerial actual. "No es ningún secreto que no podemos librar esta guerra con el actual Gabinete de Seguridad en términos de la capacidad de tomar las decisiones correctas y en términos de apoyo público", señaló.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, hablando públicamente por primera vez desde el inicio de la guerra, dijo que se necesitaba urgentemente un gobierno de unidad y que estaba haciendo esfuerzos para lograrlo.
Mientras tanto, en medio de las críticas a la falta de respuesta del gobierno, los civiles han abordado de forma independiente numerosas necesidades de los israelíes, proporcionando apoyo psicológico y logístico, especialmente a los residentes del sur de Israel. Han surgido iniciativas lideradas por civiles para recopilar información sobre los israelíes desaparecidos desde el sábado, reuniendo todos los detalles disponibles sobre su destino.
Los israelíes han solicitado la ayuda de profesionales de la salud mental para ayudar a las familias evacuadas de la zona fronteriza de Gaza, ahora alojadas en hoteles, mientras que otras han abierto sus casas a los desplazados por la guerra.
El movimiento kibutz en el sur dijo en una conferencia de prensa que había una necesidad urgente de retirar los cuerpos de los muertos y llevarlos a entierro, y pidió voluntarios en ese esfuerzo.
Los movimientos de protesta creados para oponerse al impulso legislativo del gobierno de Benjamin Netanyahu para reformar el sistema judicial utilizaron su amplia presencia en las redes sociales y sus operaciones logísticas para organizar una campaña para recolectar equipos muy necesarios, como ropa, pañales, fórmula para bebés, juguetes, mantas, artículos de tocador y cualquier otra cosa que pudiera necesitarse, incluidos alimentos, para esas familias y para los reservistas que se movilizaron para unirse a las unidades de combate en el norte y en el sur.
La respuesta del público israelí fue rápida y significativa y continúa sin cesar. Las FDI han asegurado que todas las necesidades de los soldados serán satisfechas por los militares, enfatizando que no hay necesidad de que los reservistas compren equipo defensivo, linternas o cualquier equipo personal.