Israel se enfrenta actualmente a tres retos: vaciar la frontera sur de terroristas infiltrados, los ataques aéreos en Gaza y en el norte y el creciente conflicto con Hezbolá, que puede ser el más impactante, por lo que debe abordarse.
Los combates transfronterizos del lunes fueron llevadas adelante, según los informes, por organizaciones palestinas en Líbano, Hamás y la Jihad Islámica principalmente. Pero contaron con la aprobación de Hezbolá.
En el intento de infiltración de cuatro terroristas, dos murieron a manos de las tropas y otros dos escaparon de vuelta a través de la frontera. Israel también sufrió pérdidas, incluida la muerte de un oficial superior, el teniente coronel Alim Abdullah, subcomandante de la brigada.
Israel, tras identificar a la verdadera fuerza gobernante en la zona, respondió disparando contra posiciones de Hezbolá, matando a tres. El Estado judío había evitado desde 2006, al final de la 2ª guerra del Líbano, matar a fuerzas de Hezbolá en el Líbano y había tomado medidas importantes para no matar a ninguna de las fuerzas del grupo terrorista respaldado por Irán en Siria para no provocar más agresiones en respuesta y, de hecho, Hezbolá respondió disparando un proyectil antitanque contra un vehículo de las FDI.
Pero la pregunta en la mente de todo el país es si estas escaramuzas se quedarían sólo en las zonas a lo largo de la frontera o serían una escalada que podría salirse de control y convertirse en una guerra total en el norte.
Como ya se dijo docenas de veces: La guerra con Hezbolá es distinta de la guerra con Hamás y tiene ramificaciones más graves en el frente interno.
La ventaja que tienen actualmente las FDI, tras el despliegue de fuerzas de reserva, es que están preparadas, y la Fuerza Aérea está en alerta máxima.
Además, el portaaviones estadounidense USS Ford sitúa a Israel en una posición óptima. De hecho, quizás si no estalla la guerra total, más adelante podríamos preguntarnos por qué Israel no había iniciado una, dada la necesidad de cambiar el paradigma de Medio Oriente y cómo Israel espera desarrollar su norte mientras se encuentra bajo la amenaza constante de la fuerza de élite Radwan de Hezbolá, mucho mejor entrenada que Hamás.
A pesar del costo, y de la falta de refugios adecuados en el frente interno, Israel debe estar preparado para eliminar la amenaza mucho mayor en el norte, que la que supone Gaza, a pesar de lo ocurrido el sábado.
En el sur, continúan los esfuerzos por limpiar la zona de terroristas infiltrados. Las escenas que surgen de allí son graves y exigen que las tropas localicen los cuerpos de los muertos. El resto de las fuerzas, decenas de miles de efectivos, están peinando la zona en busca de un número desconocido de escuadrones terroristas.
El resultado de este esfuerzo es insoportable. La ciudad de Sderot está bloqueada desde la madrugada del sábado. Pensemos en todas las personas que no salieron de sus refugios, siguiendo instrucciones de los servicios de seguridad, por temor a los disparos de cohetes o a los terroristas.
En Gaza, por fin se quitaron los guantes y la Fuerza Aérea está atacando con una fuerza nunca vista, ni siquiera en Líbano durante la guerra de 2006. Rara vez se avisa a los civiles, como era costumbre antes de bombardear edificios.
Los ataques masivos se dirigen a los barrios de los que salieron los terroristas de Hamás para atacar Israel, pero no son menos intensos en el centro de la ciudad de Gaza, incluido su sector de alto nivel de Rimal, donde reside gran parte de la élite de Hamás. Edificios enteros ya no se mantienen en pie.
A pesar de las bravuconadas, las objeciones de los dirigentes políticos de Israel siguen sin estar claras.
"Inutilizar las capacidades militares de Hamás", como dijo un alto funcionario en una reunión informativa, no significa la disolución de la organización, ni tampoco la conquista de la Franja. Así que habrá que esperar a ver cómo interpretan las FDI esa instrucción y si se produce una incursión terrestre de gran envergadura, la primera desde 2014.
El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que "Medio Oriente cambiaría", y si esa afirmación se traduce en la entrada de fuerzas en Gaza, los israelíes deben estar preparados para el costo consiguiente.
