Un día después del ataque ruso en Kiev con decenas de drones suicidas de fabricación iraní, el canciller ucraniano Dmytro Kuleba anunció que pedirá al presidente Volodimir Zelensky que rompa completamente las relaciones diplomáticas con Irán y que pedirá a Israel asistencia inmediata para su defensa.
Se espera que Yair Lapid, primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores de Israel, mantenga una llamada telefónica con Kuleba en los próximos días, probablemente el jueves, en la que el ministro ucraniano presentará la solicitud oficial para recibir sistemas de defensa aérea de Israel.
En las últimas semanas Ucrania informó sobre el uso cada vez más frecuente de los drones iraníes Shahid 136 en los ataques de las fuerzas rusas. Se trata de un arma barata, cuyo costo es cercano a los 20 mil dólares por unidad, que vuela sobre su objetivo hasta explotar sobre él. Según los reportes ucranianos, Rusia compró más de 2.400 drones de este tipo, información que Irán y Rusia niegan oficialmente.
El ataque del lunes en Kiev fue realizado por estos drones suicidas, según identificaron expertos militares de todo el mundo. El bombardeo dañó la infraestructura energética de la capital y edificios residenciales, y provocó la muerte de cuatro personas. El canciller Kuleba declaró que estaba seguro del origen iraní de los drones y afirmó que presentará una “caja de pruebas” a países europeos que amenazaron con intensificar las sanciones económicas a Teherán si se comprueba la asistencia iraní a Rusia.
“Presentaré al presidente una propuesta para romper las relaciones con Irán, Teherán tendrá toda la responsabilidad por destruir las relaciones con Ucrania”, dijo Kuleba sobre lazos diplomáticos que arrastran un mes de tensiones por los envíos de drones a Rusia. En la misma conferencia de prensa el ministro de Relaciones Exteriores reveló que enviará a Israel un pedido oficial para recibir sistemas de defensa aérea de manera “inmediata”.
Un oficial de seguridad en Israel adelantó que a pesar de “comprender la difícil situación” de los ucranianos y del deseo israelí de ayudar a Ucrania, “no veo que suceda” en un futuro cercano. Desde hace meses Jerusalem rechaza estas demandas ucranianas con el objetivo de preservar las relaciones estratégicas que mantiene con Moscú. En Israel entienden que una tensión diplomática con los rusos podría complicar las actividades de las FDI en Siria y podrían provocar el cierre de las oficinas de la Agencia Judía para Israel en Rusia.