En medio de un nuevo brote de casos de coronavirus, y en un intento por evitar la propagación de la variante Delta a gran escala, las autoridades israelíes anunciaron que, a partir de la semana próxima, se comenzará a aplicar la tercera dosis de la vacuna de Pfizer a todos los mayores de 60 años. El gobierno busca con esta medida contrarrestar los efectos de la disminución de la eficiencia del antígeno.
Este jueves, tras varios días de debate y estudio, el director general del Ministerio de Salud de Israel, el profesor Nachman Ash, confirmó que el Estado ofrecerá una nueva dosis de refuerzo. Entre los primeros comentarios al respecto, aseguró que solo podrán acceder a la misma quienes hayan recibido la segunda dosis hace por lo menos cinco meses.
El Ministerio de Salud adoptó la medida sin la aprobación de los organismos reguladores de Estados Unidos y Europa. De este modo, varios sectores de la sociedad y la oposición cuestionaron la decisión, quienes deslizaron que se tomó la determinación sin datos confiables y completos.
Antes del anuncio, en la sede de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Nachman Ash se reunió con Naftalí Bennett, primer ministro del Estado; y Nitzan Horowitz, ministro de Salud. Durante el encuentro, diagramaron los pasos a seguir y un esquema para el lanzamiento de la vacuna de refuerzo.
"Nuestra estrategia es clara: preservar la vida y mantener la normalidad en el Estado de Israel", declaró Bennett. Y añadió: "Más tarde, finalizaremos un plan de acción y lo presentaremos lo antes posible. Continuaremos abordando la pandemia y el brote de la variante Delta de manera exhaustiva y responsable". Está previsto que, durante horas de la noche, el primer ministro realice una conferencia de prensa para explicar la nueva etapa de vacunación.
Los adultos mayores de 60 años, considerados el sector más vulnerable de la población, fueron la franja etaria que primero recibió el inmunizante contra el patógeno, entre diciembre de 2020 y febrero de 2021. No obstante, con la aparición de las nuevas mutaciones del virus, el porcentaje de eficiencia de las vacunas disminuyó y los contagios y las hospitalizaciones comenzaron a aumentar nuevamente (tanto entre inoculados como no inoculados).
En ese sentido, la semana pasada, el Ministerio de Salud informó que, con las irrupción de las variantes, la eficiencia de la vacuna de Pfizer (con la que se inmunizó a la gran mayoría de los israelíes) para prevenir los contagios ha pasado del 90% al 40%. Sin embargo, la capacidad de la vacuna para evitar las hospitalizaciones graves y la muerte sigue siendo alta.