Este domingo, Arabia Saudita impuso una prohibición a la importación o tránsito por el reino de frutas y verduras provenientes del Líbano. La decisión fue tomada tras una serie de incautaciones de drogas y armas en envíos procedentes desde el país vecino de Israel a varias naciones del Golfo.
El viernes, las autoridades sauditas interceptaron más de 2,4 millones de pastillas de anfetamina ocultas en un cargamento procedente del Líbano. Walid al-Bukhari, embajador saudí en Beirut, tuiteó el domingo que su país, durante los últimos seis años, había incautado más de 600 millones de pastillas y cientos de kilogramos de hachís de origen libanés.
Además, Grecia anunció el jueves por la noche, tras la información recibida de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, que había incautado cuatro toneladas de cannabis en el puerto del Pireo, que estaban ocultas en un envío de máquinas industriales para hacer magdalenas con destino a Eslovaquia.
La decisión de Arabia Saudita, que también afectará a Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, generará más de 70 millones de dólares en perdidas estimadas, aseguraron distintas compañías afectadas por la medida. Sin embargo, todos estos países, a excepción de Qatar (quien todavía no se pronunció), apoyaron la decisión de Riad.
Los medios de comunicación de Bahrein, Arabia Saudita y Kuwait informaron que pronto se emitirán anuncios relacionadas con la prohibición permanente de las importaciones desde Líbano. Por lo menos hasta que se encuentre una solución al problema del contrabando de drogas y armas, se suspenderán las transacciones.
Los productos procedentes del Líbano constituyen como máximo el 10% de las importaciones de productos agrícolas de los países del Consejo de Cooperación del Golfo, dijeron las autoridades de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Bahrein y Omán. De este modo, no se mostraron preocuapdos ya que países como Egipto, Jordania, Pakistán e India podrían llenar el vacío.
RO (cuyo nombre completo ha sido resguardado por posibles amenazas), un ex miembro de Hezbollah que solía exportar armas y drogas a varios países, dijo a The Media Line: “Hezbollah depende principalmente de la venta de drogas. Esto se debe a la falta de financiación, causada por las sanciones de Estados Unidos a varios miembros del partido y contra Irán".
“Trabajábamos todo el día en aldeas como Yammoune (en la gobernación de Baalbek-Hermel) y otras en Shebaa Farms (conocidas en Israel como Mount Dov), que son la principal fuente de drogas del Líbano y están bajo protección de las fuerzas del partido”, agregó RO.
“Se estima que, solo hasta 2016, el volumen de drogas y armas comerciadas por el grupo supera los 5 mil millones de dólares anuales, sin incluir su cooperación con instalaciones iraníes en granjas de drogas en ciertos países latinoamericanos”, continuó el exmiembro de la facción terrorista.
A su vez, RO explicó que más de 10.000 personas, todas libanesas, trabajan con salarios que no exceden los 100 dólares mensuales para empacar drogas y, a veces, también armas. “Las armas se importan de Irán, Siria o Irak; y también se trasladan a través de envíos de verduras, frutas y algunos otros productos exportados por el Líbano, como electrodomésticos”, finalizó RO.
Ibrahim Al Moussawi, un miembro del ala política de Hezbollah en el parlamento libanés, dijo a The Media Line que las acusaciones contra el grupo terrorista sobre contrabando y comercio de drogas son falsas: "Lo que Arabia Saudita dice es parte de la campaña para matar de hambre al pueblo libanés, al servicio de los intereses estadounidenses, occidentales e israelíes. No comerciamos con drogas”, afirmó.