Si bien Medio Oriente es una región acostumbrada a las altas temperaturas, la ola de calor que azota a la región desde hace días se presenta como una de las más abrumadoras de la historia. En este caso, Bagdad, la capital de Irak, el martes llegó a los 51,8 °C y alcanzó su temperatura más alta desde que se tienen registros.
Con los 50,56 °C del lunes, la semana ya había comenzado con cifras que se aproximaban mucho al anterior registro récord, establecido el 30 de julio de 2015 con 51°C. Y el martes, lo que muchos iraquíes temían se concretó.
Bagdad batió su propio récord de calor y, como si fuera poco, al día siguiente, la temperatura no disminuyó a grandes rasgos ni mucho menos: el termómetro indicó 51,11°C, registrando la segunda marca más elevada de su historia.
Durante las últimas semanas, tanto en Bagdad como en diferentes puntos del país, se llevaron cabo protestas contra Mustafa Al Kazimi, primer ministro iraquí, quien asumió hace menos de tres meses. Entre otros reclamos, como el de la falta de empleos, los manifestantes se mostraron exasperados por los frecuentes cortes de electricidad que dejan a los ciudadanos sin ventilación.
La avasallante temperatura obligó a muchos vendedores ambulantes a tener que resguardarse del calor. En las calles se colocaron duchas públicas para que los iraquíes puedan refrescarse.
Irak, junto a Kuwait, es uno de los países más calurosos del mundo y, si bien Bagdad esta semana alcanzó un pico sin precedentes, no se trata de la máxima temperatura registrada en el país. El récord iraquí lo tiene la ciudad de Basora, cuando en 2016 su termómetro marcó 53,8 ºC.