El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, ha estado en el punto de mira de Israel durante décadas. El viernes por la noche, Israel intentó asesinarlo en un ataque en el distrito de Dahiya, en Beirut. Todavía no se sabe si fue alcanzado, aunque diversas fuentes del alto mando israelí aseguran que el líder de Hezbolá resultó muerto en el ataque.
Nasrallah, de 64 años, se ha desempeñado como secretario general y líder de Hezbolá desde 1992, tras el asesinato de su predecesor Abbas Mousavi. Era considerado un líder beligerante, carismático y un orador elocuente. Durante sus años como líder de la organización, emergió como uno de los principales líderes en el Líbano y en los círculos islámicos radicales en general.
Nasrallah está casado con Fatima Yassin. Su hijo mayor, Hadi Nasrallah, fue asesinado por las fuerzas de las FDI en septiembre de 1997, y su cuerpo fue trasladado a territorio israelí y devuelto al Líbano como parte de un intercambio por el cuerpo del comando naval Itamar Ilya (que cayó en el desastre de la flotilla en 1997).
Amistad con Mousavi
El hombre que todo el mundo está esperando información sobre su destino nació en un campo de refugiados en el este de Beirut, el mayor de nueve hijos de una familia chiíta-metwea de bajos ingresos originaria de una aldea en el sur del Líbano. De niño, mostró un gran interés en el Islam y dedicó la mayor parte de su tiempo a los estudios sagrados. Con el estallido de la guerra civil en el Líbano, regresó con su familia a una aldea en el sur del Líbano. Después de la medida, Nasrallah se convirtió en miembro de la organización chií Amal.
Durante sus visitas a la mezquita local, Nasrallah se destacó por su talento y diligencia en los estudios sagrados. Fue tomado como un protegido por uno de los principales clérigos de la región. A la edad de 16 años, fue enviado a un prestigioso seminario musulmán en Najaf, la ciudad chiíta más sagrada de Irak. Durante sus estudios, fue puesto bajo el cuidado de un estudiante de posgrado libanés llamado Abbas Mousavi (más tarde líder de Hezbolá), y los dos desarrollaron una fuerte amistad.
En 1978, Nasrallah y Mousavi huyeron de Irak (junto con cientos de otros clérigos chiítas libaneses) por miedo a las autoridades iraquíes. A su regreso al Líbano, Nasrallah comenzó a estudiar y enseñar el Islam en un seminario religioso abierto por su amigo Mousavi en Baalbek. Su personalidad carismática y sus mensajes combativos elevaron su estatus como clérigo y le valieron seguidores y admiradores. Tras el inicio de la Primera Guerra del Líbano en 1982, Siria permitió que varios cientos de miembros de la Guardia Revolucionaria fueran al Líbano, donde la fuerza comenzó a trabajar para el establecimiento de una república islámica.
Después de Mousavi, Nasrallah abandonó Amal y se unió al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. También en este marco, Nasrallah se destacó en su liderazgo y en poco tiempo fue nombrado comandante de las fuerzas en el Valle del Jordán. Con el apoyo de los miembros de la Guardia Revolucionaria, los chiítas libaneses trabajaron para desarrollar un nuevo marco bajo el nombre de Hezbolá.
Los años de lucha contra las FDI fueron los años de formación de Hezbolá (aunque no siempre se le llamó con ese nombre). Nasrallah fue uno de los fundadores de la organización y miembro de su liderazgo desde el principio. En los años que siguieron, continuó fortaleciendo su posición como líder militar y clérigo en la organización, y lideró varias acciones exitosas en la lucha con el pueblo Amal (1987). Más tarde se fue a Irán para continuar sus estudios islámicos en la ciudad santa de Qom. Cuando se reanudó la lucha entre Hezbolá y Amal (1989), Nasrallah regresó al Líbano, se unió a la campaña y resultó levemente herido en una de las batallas.
Durante el año siguiente, se convirtió en uno de los principales líderes militares de la organización y miembro del Consejo de la Shura, la institución suprema de Hezbolá. En ese momento, el liderazgo de la organización estaba dividido entre diferentes facciones que se separaban en su lealtad a Siria e Irán. En 1991, tras las negociaciones entre los dos países, Mousavi (considerado un protegido sirio) fue nombrado secretario general de la organización. A cambio, el estatus de Nasrallah (considerado aliado de Irán) se fortaleció.
Ataques asesinos y terrorismo en la franja de seguridad
En 1992, Mousavi fue asesinado por las fuerzas de Tzáhal, su lugar en el cargo fue ocupado por Nasrallah, y desde ese momento se desempeñó como líder de la organización chiita libanesa. Bajo su liderazgo, la organización llevó a cabo una ola de ataques de venganza contra objetivos judíos e israelíes en todo el mundo, que culminaron con ataques contra la embajada israelí en Buenos Aires y el centro comunitario judío de la ciudad. Decenas de personas fueron asesinadas en ambos ataques.
La prueba de liderazgo más significativa de Nasrallah ocurrió en 1997, cuando un grupo encabezado por el primer secretario general de la organización, Sheikh Subhi Tafili, declaró una "revolución del hambre" en protesta por lo que dijeron era el abandono de la organización de sus obligaciones sociales para con la población chiíta del Líbano y se convirtió en una organización política de pleno derecho. Sin embargo, Irán, y especialmente Siria, apoyaron a Nasrallah, y sus oponentes, concentrados en la región de Baalbek, fueron desarmados y se rindieron.
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Atentado contra la embajada israelí en Buenos Aires Argentina.
(Embajada de Israel en Argentina)
A partir de la retirada de las FDI de la mayor parte del Líbano (1985), Hezbolá libró una lucha constante contra las fuerzas de las FDI y el SLA en la zona de seguridad. El nivel militar de la organización mejoró durante esta lucha, un proceso que se atribuyó al liderazgo de Nasrallah y sus vínculos con el patrocinador Irán. A pesar de esto, la clara superioridad de las FDI llevó a un mayor número de bajas entre los combatientes de la organización, y desde un punto de vista puramente militar la mayoría de las operaciones de la organización terminaron en fracaso. Los esfuerzos de las FDI para derrotar la lucha en curso (como la Operación Uvas de la Ira y la Operación Responsabilidad) fueron respondidos con contrapresión mediante el lanzamiento de cohetes y morteros Katyusha contra los asentamientos del norte, una dura respuesta internacional y la integración de Hezbolá en la población civil. El equilibrio del terror creó entre los dos bandos un conflicto limitado de acuerdo con las reglas acordadas (que se mantuvieron la mayor parte del tiempo).
Bajo el liderazgo de Nasrallah, Hezbollah delineó un campo de batalla más amplio: la opinión pública israelí. En varias entrevistas, Nasrallah declaró que un estudio exhaustivo de la sociedad israelí le reveló su principal punto débil: una alta sensibilidad a la pérdida de vidas humanas. Sobre la base de esta suposición, el ámbito mediático se ha convertido en un elemento central de la actividad de Hezbolá contra Israel. A pesar de los amplios esfuerzos israelíes, los combates en curso (de diversa intensidad) entre las dos partes se han cobrado muchas bajas de forma regular, tanto de las fuerzas de Hezbolá como de las fuerzas de las FDI y el SLA.
Durante el decenio de 1990, el precio de las bajas y la indecisión condujeron a una erosión gradual de la voluntad de la población israelí de absorber el precio de la permanencia en el Líbano y, finalmente, a una decisión del gobierno relativa a la retirada total de la zona de seguridad libanesa. En mayo de 2000, las Fuerzas de Defensa de Israel aplicaron esta decisión y se retiraron unilateralmente a la frontera internacional.
Condición de héroe tras la retirada del Líbano
La retirada de las FDI en mayo de 2000 elevó el estatus de Nasrallah a héroe venerado en todo el mundo árabe. Poco después, fue promovido a su estatus religioso (al rango de Hojjat-al-Islam). Durante las celebraciones de la retirada, pronunció un discurso en el que dijo: "[Israel] tiene armas nucleares y el poder aéreo más fuerte de la región, pero realmente es más débil que una tela de araña". De acuerdo con la teoría de la "telaraña" (como se la llamó más tarde), la sensibilidad hacia la vida humana y la naturaleza hedonista de la sociedad israelí la hacen débil frente a una lucha en curso y un alto precio en sangre.
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Un soldado de las FDI en uno de los puestos de la zona de seguridad.
(Foto de archivo: David Rubinger)
En el ámbito libanés, Nasrallah trabajó para fortalecer el estatus de Hezbollah entre la comunidad chiíta (y principalmente para obtener una ventaja sobre su principal competidor, Amal). Con este fin, una parte sustancial del presupuesto de la organización se utilizó para establecer instituciones de asistencia social, educativas, benéficas y de salud, cuyos servicios se prestaron gratuitamente a los miembros de la comunidad. Incluso después de la retirada de las FDI, Nasrallah se abstuvo de poner fin a la confrontación con Israel, y en sus discursos a menudo atacó e insultó al Estado de Israel y a sus líderes. En la práctica, la intensidad del conflicto se debilitó y se redujo a incidentes ocasionales de incendio y preparativos para un futuro enfrentamiento.
A principios de julio de 2006, un escuadrón de Hezbolá atacó una patrulla de las FDI en la frontera entre Israel y el Líbano, durante la cual los combatientes chiitas lograron secuestrar a dos soldados de las FDI (que fueron transferidos rápidamente a territorio libanés) y matar a otros tres soldados. Tras el secuestro de los soldados, el gobierno israelí ordenó a las FDI lanzar una operación militar a gran escala en el Líbano contra Hezbolá, que se conoció como la Segunda Guerra del Líbano.
Durante la guerra, Nasrallah pasó a la clandestinidad por temor a un intento de asesinato. Sin embargo, incluso desde su escondite, continuó transmitiendo mensajes al público libanés y librando una guerra psicológica con Israel a través de discursos transmitidos por la estación de televisión de Hezbolá.
Discurso de la semana pasada
Desde entonces hasta octubre de 2023, Hezbolá se armó con armas iraníes, pero casi no hubo incidentes entre Israel y los terroristas de la organización terrorista. Aunque según las evaluaciones israelíes no estuvo involucrado en el plan de Hamás de lanzar el ataque sorpresa y la masacre del 7 de octubre, al día siguiente Nasrallah decidió unirse a la campaña como el "defensor de Palestina". Hezbolá comenzó a disparar misiles antitanque y cohetes contra objetivos militares y más tarde contra comunidades en el norte, lo que llevó a la evacuación generalizada de decenas de miles de residentes de sus hogares.
Paralelamente a la disminución de la actividad de las FDI en Gaza, el mes pasado Israel desplazó su centro de gravedad hacia el norte, eliminando a los altos mandos de Hezbolá de las inmediaciones del secretario general y detonando (según informes extranjeros) los beepers y las radios de miles de agentes de la organización.
La semana pasada, Nasrallah dijo que "el enemigo violó todas las líneas rojas con este acto" y que estas acciones "podrían llamarse una declaración de guerra", aunque él mismo se abstuvo de declararlo. En el discurso, también prometió que el "castigo" para Israel sería "duro y justo". Si efectivamente murió en el ataque, se habrá hecho justicia en otra dirección.
