Una investigación de las Naciones Unidas afirma que encontró que Israel llevó a cabo una política concertada de destrucción del sistema de salud de Gaza en la guerra de Gaza, acciones que equivalen tanto a crímenes de guerra como a crimen contra la humanidad y de exterminio.
Una declaración de la excomisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, publicada antes de un informe completo, acusó a Israel de "ataques implacables y deliberados contra el personal y las instalaciones médicas" en la guerra, desencadenados por el mortal ataque transfronterizo de los terroristas de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023.
"Los niños, en particular, han sido los más afectados por estos ataques, sufriendo tanto directa como indirectamente el colapso del sistema de salud", señaló Pillay, cuyo informe será presentado a la Asamblea General de la ONU el 30 de octubre.
Israel dice que los terroristas de Gaza operan desde la cobertura de áreas pobladas construidas, incluidas casas privadas, escuelas y hospitales, y que los atacarán dondequiera que surjan, al tiempo que intentan evitar dañar a los civiles. Hamás niega haber escondido terroristas, armas y puestos de mando entre la población civil.
La declaración de la investigación de la ONU también acusó a las fuerzas israelíes de matar y torturar deliberadamente al personal médico, atacar vehículos médicos y restringir los permisos para que los pacientes salgan de la Franja de Gaza.
Como ejemplo, citó la muerte de una niña palestina, Hind Rajab, en febrero, junto con miembros de su familia y dos médicos que acudieron a rescatarla del fuego israelí.
La Organización Mundial de la Salud dice que más de 10.000 pacientes que requieren evacuación médica urgente no han podido salir de Gaza desde que se cerró el cruce fronterizo de Rafah con Egipto en mayo. El Ministerio de Salud palestino dice que casi 1.000 médicos han muerto en Gaza en el último año, en lo que la OMS calificó como "una pérdida irremplazable y un golpe masivo para el sistema de salud".
El comunicado afirma que el trato dado tanto a los palestinos detenidos en Israel como a los rehenes capturados por los terroristas de Hamás en el ataque del 7 de octubre había sido investigado y acusó a ambas partes de estar involucradas en tortura y violencia sexual.
La Comisión de Investigación tiene un amplio mandato para reunir pruebas e identificar a los presuntos autores de crímenes internacionales cometidos en Israel y en los territorios palestinos. Basa sus conclusiones en una serie de fuentes, entre ellas entrevistas con víctimas y testigos, comunicaciones e imágenes de satélite.
La comisión de investigación ha alegado anteriormente que tanto Israel como Hamás cometieron crímenes de guerra en las primeras etapas de la guerra de Gaza, y que las acciones de Israel también constituyeron crímenes contra la humanidad debido a las inmensas pérdidas civiles. El término se reserva para los crímenes internacionales más graves cometidos a sabiendas como parte de un ataque generalizado o sistemático contra civiles.
Israel no ha cooperado con la investigación, que dice tiene un sesgo antiisraelí. La comisión de investigación ha acusado a Israel de obstruir su trabajo e impedir que los investigadores accedan tanto a Israel como a los territorios palestinos.
A veces, las pruebas reunidas por estos órganos con mandato de la ONU han servido de base para enjuiciamientos por crímenes de guerra y podrían ser aprovechadas por la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, donde Israel ya enfrentó acusaciones de genocidio.
