Una decisión dramática del gobierno del Reino Unido, un país que durante años fue considerado uno de los amigos más cercanos de Israel: el ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, anunció que el Reino Unido había otorgado unas 30 licencias de exportación de armas a Israel, de un total de 350, al tiempo que subrayó que no se trataba de un embargo de armas.
La decisión del gobierno laborista de Keir Starmer se produjo después de las conversaciones en Israel del nuevo fiscal general de Gran Bretaña. Al parecer, se trata principalmente de armas ofensivas y no defensivas.
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El F-35, fabricado en parte por empresas armamentísticas británicas.
(Amir Cohen / Reuters)
Sin embargo, se trata de un paso inusual que Israel temía mucho y logró posponer un poco el decreto, después de otro paso que enfureció a Israel: retirar las reservas sobre la decisión de la Corte Penal Internacional que emitió órdenes de arresto contra el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Galant.
La declaración del ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, dijo que un examen encontró que había un "riesgo claro" de que las armas suministradas a Israel pudieran conducir a una "violación significativa del derecho internacional". "En caso de una lucha como ésta, tenemos la obligación legal de examinar las licencias de exportación del Reino Unido. Con pesar les informo que la evaluación que he recibido no me deja otra opción que suspender algunas exportaciones de armas, que podrían utilizarse para violar el derecho internacional humanitario", añadió.
El Reino Unido no suministra armas a Israel directamente, pero concede licencias de exportación a empresas británicas que les permiten vender armas a Israel.
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David Lammy, ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña.
(Leon Neal/Getty Images)
La semana pasada, Robert O'Brien, el último asesor de seguridad nacional de Donald Trump en la Casa Blanca, amenazó con que el Partido Laborista corre el riesgo de una grave ruptura en las relaciones entre el Reino Unido y Estados Unidos si decide prohibir la venta de armas a Israel. Expresó en ese momento que Londres estaba poniendo en peligro su futuro papel en el proyecto F-35, y también se arriesgaba a un contraembargo impuesto por el Congreso de Estados Unidos. Los F-35 son fabricados en parte por empresas armamentísticas británicas y son utilizados por la Fuerza Aérea israelí.
