Acercándose al ocaso de su tumultuoso reinado, Hassan Nasrallah se presentó como el "guardián de Palestina", ofreciendo el poderío militar de Hezbolá a la causa contra Israel.
Sin embargo, la relación entre el líder del grupo terrorista chiíta respaldado por Irán y los palestinos suníes no siempre fue armoniosa. Si bien Nasrallah se alió con diversas facciones terroristas, las tensiones fueron particularmente pronunciadas con la Autoridad Palestina.
La animosidad entre el secretario general de Hezbolá y el liderazgo palestino se remonta a la época de Yasser Arafat, fallecido en 2004. En una entrevista de ese período, Nasrallah, cuando se le preguntó sobre sus desacuerdos con el liderazgo palestino, replicó: "¿Qué liderazgo palestino? ¿Yasser Arafat? No reconocemos este liderazgo, y no tiene legitimidad entre los palestinos".
En otro discurso, cuestionó provocativamente: "¿Por qué no hay un oficial o policía palestino que asesine a Arafat y proclame que Arafat es una vergüenza para los palestinos?"
"Nunca hubo ningún vínculo con Nasrallah o su organización. Por el contrario, prefirió insultarnos, glorificar a Hamas, alentarlos a derrotar a Fatah y expulsarlos del poder. Trató de incitar y profundizar la brecha entre Hamas y Fatah", dijo un alto funcionario de la Autoridad Palestina a Ynet tras la eliminación de Nasrallah.
A pesar de estos antecedentes, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, emitió un escueto mensaje de condolencia al pueblo libanés por la muerte de Nasrallah y a los ciudadanos del país.
La OLP, una organización que agrupa a las facciones palestinas, también emitió un comunicado en el que expresa su pesar y pide un cese urgente del conflicto "contra palestinos y libaneses". En Ramallah, se llevó a cabo una protesta contra Israel por la noche, con imágenes de Nasrallah exhibidas de manera prominente.
Para Hamás y la Jihad Islámica en Palestina, las relaciones fueron marcadamente diferentes. Nasrallah los veía como un brazo operativo crítico dentro de los territorios para el "eje del mal". Khalil al-Hayya, líder adjunto de Hamas, dijo en un mensaje grabado: "Lamentamos con el pueblo palestino y toda la nación la muerte de Hassan Nasrallah y sus compañeros combatientes". Y añadió: "La ocupación tiene la responsabilidad y las consecuencias del asesinato de Nasrallah y del ataque en Beirut. El asesinato de Hassan Nasrallah no romperá la resistencia".
El secretario general de la Jihad Islámica en Palestina, Ziyad al-Nakhalah, también era conocido por su cercanía con el líder de Hezbollah y el régimen iraní, lo que le proporcionó un importante apoyo financiero. "La resistencia palestina entiende que ha perdido un gran apoyo a su paso, y permanecerá leal a su memoria y a su gran legado", dijo Al-Nakhalah. "Estamos seguros de que Hezbolá continuará su camino y mantendrá la bandera de la resistencia hasta que Jerusalem sea liberada", añadió.
En Gaza, un año después del inicio de la guerra iniciada por Hamás y a la que se unió Hezbolá, las opiniones divergieron tras la eliminación de Nasrallah. Anas Sharif, periodista de Jabaliya, afiliado a Hamás, escribió en las redes sociales: "Pertenecemos a Dios, y a Él volveremos. Oh Dios, compénsanos por nuestra calamidad y danos algo mejor".
Por su parte, el periodista gazatí Ihab Al-Fasfus escribió en Facebook: "En un momento, se encontró ante Dios, responsable de todas sus obras en la creación... y no habrá intercesión ni perdón".