Inspectores internacionales que llegaron de una visita a la instalación nuclear central y más vigilada de Irán, advierten que Teherán está avanzando muy rápidamente hacia la construcción de una bomba.
La instalación de Purdue, ubicada dentro de una montaña en el borde del Gran Desierto de Sal en el sureste de Irán, es un destino habitual para los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), cuyas visitas están diseñadas para garantizar que Irán no esté construyendo una bomba nuclear. Según el Washington Post, en su última visita a Purdue en febrero, notaron señales que indican un cambio alarmante.
En la instalación, que dejó de producir uranio enriquecido tras la firma del acuerdo nuclear en 2015, los inspectores presenciaron una actividad frenética: equipos recién instalados, producción de uranio enriquecido a un ritmo más rápido que nunca y una expansión que pronto podría duplicar la producción de la planta. Lo que es más preocupante es que subió la producción de la forma más peligrosa de combustible nuclear: el uranio altamente enriquecido.
Funcionarios iraníes responsables del lugar hablan abiertamente sobre lograr la "disuasión", argumentando que Teherán ahora tiene todo lo que necesita para construir una bomba nuclear si así lo desea.
La transformación de la instalación refleja cambios que también se vieron en otras plantas del país. Seis años después de la decisión de la administración Trump de retirarse del acuerdo nuclear, las restricciones se levantaron una por una.
Por eso, según funcionarios y expertos, Irán está más cerca que nunca de producir armas nucleares.
Si bien Irán sostiene que no tiene planes de desarrollar armas de este tipo, los inspectores internacionales creen que ahora cuenta con un suministro de uranio altamente enriquecido que podría ser suficiente para fabricar al menos tres bombas, en un período de tiempo que oscila entre unos pocos días y pocas semanas. También advierten que superar los desafíos de construir una ojiva nuclear lanzable por misil llevaría dos años o más.
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Las instalaciones iraníes en el medio de las relaciones entre Estados Unidos e Israel.
(Ynet)
Irán trató recientemente de diluir parte de su uranio altamente enriquecido, lo que indica, según funcionarios estadounidenses, que quiere evitar conflictos mediante la imposición de autolimitaciones.
El colapso del acuerdo nuclear redujo significativamente la capacidad de la OIEA para monitorear la actividad en Irán o investigar cualquier informe sobre actividad armamentística secreta.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, prometió al comienzo de su mandato renovar el acuerdo nuclear, pero los esfuerzos de la administración encontraron resistencia interna e indiferencia por parte de Irán. En diciembre de 2022, Biden fue grabado en un vídeo admitiendo que el acuerdo es "muerto", aunque la administración no lo anunció de manera oficial.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, admitió recientemente la "inutilidad" del esfuerzo por revivir el acuerdo, diciendo que la administración "dejo de poner energía y esfuerzo".
