Tras la confirmación de su condena a muerte por parte de la Corte Suprema, Irán ejecutó este sábado al periodista opositor Ruhollah Zam por su papel en las protestas contra el poder de la República Islámica en 2017 y 2018. Los medios locales lo calificaron de “contrarrevolucionario” y aseguraron que la pena se debió a la “severidad de sus crímenes”.
El portavoz de la Autoridad Judicial, Gholamhosein Esmaili, había indicado el martes que la institución se había pronunciado "hace más de un mes" sobre el caso de Zam. El periodista estuvo exiliado en Francia durante varios años antes de ser capturado por los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Teherán, en circunstancias por determinar.
Su detención se había anunciado en octubre de 2019, pero no se especificó el lugar ni la fecha de los hechos. En su momento, se acusó al opositor de unos 40 años de estar dirigido por la inteligencia francesa y apoyado por los servicios secretos de Estados Unidos e Israel.
El proceso judicial empezó en febrero. En junio, fue declarado culpable de todos los cargos de los que se le acusaba: “corrupción en la tierra”, uno de los más graves en la República Islámica (que puede ser castigado con la pena capital), "delitos contra la seguridad interior y exterior del país", "espionaje para los servicios de inteligencia franceses" e “insulto al carácter sagrado del islam".
La organización de defensa de derechos humanos Amnistía Internacional, que calificó a Zam de "periodista y disidente", consideró que la confirmación de la condena evidenciaba que la República Islámica recurre cada vez más "a la pena de muerte como arma de represión", lo que tildó de "espantoso". La ONG instó a la Unión Europea a intervenir rápidamente ante el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, para que anule "ese cruel veredicto".
La organización de defensa de la prensa Reporteros Sin Fronteras (RSF), que había acusado a Irán de haber secuestrado a Zam cuando este se encontraba en Irak para juzgarle en el país, manifestó este sábado su "indignación" por la ejecución de la sentencia.
Zam, que tenía el estatuto de refugiado en Francia, dirigía un canal (Adamnews) en la plataforma de mensajería cifrada Telegram y fue condenado por desempeñar un papel activo, a través de este medio, en las protestas del invierno de 2017-2018. Al menos 25 personas murieron durante estos disturbios que afectaron a decenas de ciudades iraníes.
Con al menos 251 ejecuciones en 2019, Irán es, después de China, el país que más recurre a la pena capital, según el último informe mundial sobre la pena de muerte de Amnistía Internacional.