El periódico "Wall Street Josurnal" informó este domingo que aunque Israel y Estados Unidos están trabajando juntos para frenar métodos de financiación de Hamás, surgió una disputa entre los dos países que frustra este esfuerzo.
Según el informe, Israel presentó una lista de una serie de "organizaciones benéficas" que, según afirma, operan al servicio de Hamás, pero en Estados Unidos hasta ahora se abstuvieron de imponer sanciones a muchas de estas, porque no están convencidos de que no sean organizaciones que buscan entregar ayuda humanitaria a los palestinos en la Franja.
Para el WSJ, el grupo de trabajo conjunto fue creado por Israel y Estados Unidos después del ataque terrorista del 7 de octubre, y dio lugar a sanciones contra entidades que financian a Hamás, contra redes de cambio de dinero y también dio lugar a la oferta de recompensas por valor de millones de dólares por información que dañe los métodos de financiación de los terroristas.
Sin embargo, fuentes occidentales dijeron al periódico estadounidense que el esfuerzo se topa con un obstáculo cuando se trata de si las organizaciones benéficas que Israel dice que están conectadas con Hamás están realmente trabajando a su servicio. Según las fuentes, Estados Unidos se abstiene de actuar contra muchas de estas organizaciones, que transfirieron decenas de millones de dólares a la Franja desde el comienzo de la guerra.
Un alto funcionario declaró al "Wall Street Journal" que EE.UU. y otros países ya actuaron contra algunas de las "organizaciones benéficas" que en Israel se consideran sospechosas. Además, subrayó que Estados Unidos no dudará en imponer sanciones si recibe "pruebas creíbles de organizaciones benéficas falsas, que los terroristas utilizan para recaudar o transferir fondos".
El periódico informa sobre lo que parece ser otro posible punto de discordia: por un lado, la comunidad de inteligencia estadounidense estima que es probable que algunos empleados de la UNRWA hayan participado en el ataque terrorista del 7 de octubre, pero aún no confirman las acusaciones de que una gran parte de los empleados de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos están relacionados con Hamás.
En Israel, se proporcionaron pruebas a la ONU y a EE.UU. sobre esto, y se estima que aproximadamente el 10% de los empleados de la agencia están conectados de una forma u otra con las organizaciones terroristas en Gaza.
El informe destaca la importancia para Hamás de los fondos recaudados a través de organizaciones disfrazadas de organizaciones benéficas: Hamás, según fuentes occidentales, recibe anualmente alrededor de 100 millones de dólares de Irán, su principal patrocinador, además de ingresos de propiedades de inversión internacionales y donaciones de alrededor del mundo.
Pero según las fuentes, la operación terrestre de las FDI en la Franja de Gaza las privó de su principal fuente de ingresos: 600 millones de dólares procedentes de la recaudación de impuestos en el enclave cada año.
Ahora, los "fondos de caridad" se convirtieron en una fuente fundamental de financiación para la organización terrorista.