Después de años de actuar entre bastidores en la Franja de Gaza, la actividad de Egipto se está haciendo pública.
Desde que intervino como mediador en un alto el fuego entre Israel y el grupo militante Hamas, que gobierna Gaza, Egipto ha enviado cuadrillas para limpiar los escombros y promete construir vastos complejos de apartamentos nuevos. Banderas egipcias y vallas publicitarias alabando al presidente Abdel-Fattah el-Sissi han surgido en todo el territorio palestino.
Es una nueva imagen para los egipcios, que han pasado años trabajando en silencio para alentar las conversaciones de tregua entre Israel y Hamas y la reconciliación entre facciones palestinas rivales.
El cambio podría ayudar a prevenir, o al menos retrasar, otra ronda de violencia. Al presentarse como un pacificador de Medio Oriente, Egipto también podría frenar los esfuerzos de la administración Biden y algunos legisladores estadounidenses para responsabilizar al país por los abusos presuntamente cometidos en el terreno de los derechos humanos.
La guerra de Gaza de 11 días en mayo pasado "permitió a Egipto presentarse una vez más como un socio de seguridad indispensable para Israel en la región, que lo es, lo que a su vez lo convierte en un socio de seguridad indispensable para Estados Unidos", señaló Hafsa Halawa, experta en Egipto en el Instituto de Medio Oriente, un grupo de expertos de Washington.
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Una experta opina que Egipto aprovecha la oportunidad para "presentarse como un socio de seguridad indispensable para Israel".
(AP)
"Gaza es un recordatorio para todos, efectivamente, de que realmente no se puede hacer nada sin Egipto"
"Gaza es un recordatorio para todos, efectivamente, de que realmente no se puede hacer nada sin Egipto", añadió Hafsa Halawa.
La ayuda ampliada, junto con su control sobre Rafah, el único cruce fronterizo de Gaza que pasa por alto a Israel, le da a Egipto influencia sobre Hamás, el grupo militante islámico que ha gobernado Gaza desde que en 2007 expulsó a las fuerzas leales a la Autoridad Palestina, reconocida internacionalmente.
Egipto se unió a Israel para imponer un bloqueo paralizante en el territorio después de la toma del poder por parte de Hamás, pero ambos países han tomado medidas recientemente para aliviar las restricciones, reconociendo tácitamente que el gobierno de Hamás ha llegado a la Franja para quedarse.
Después de negociar el alto el fuego informal que puso fin a la guerra de Gaza, Egipto prometió 500 millones de dólares para reconstruir el territorio y envió equipos de trabajo para retirar los escombros.
Si bien no está claro cuánto de ese dinero se ha entregado, Egipto ahora está subsidiando la construcción de tres ciudades que albergarán a unos 300,000 residentes, según Naji Sarhan, subdirector del Ministerio de Vivienda administrado por Hamás. También se está trabajando para mejorar la principal carretera costera de Gaza. Sarhan dijo que los proyectos tardarán un año y medio en completarse.
"Esperamos que haya grandes paquetes de proyectos en el futuro cercano, especialmente las torres que fueron destruidas en la guerra", dijo.
Israel arrasó cuatro rascacielos durante los combates, con el argumento de que esos edificios albergaban la infraestructura militar de Hamas. No ha publicado pruebas que respalden tales afirmaciones, que Hamás niega. Los materiales de construcción se enviarán a través de Rafah.
Alaa al-Arraj, del sindicato de contratistas palestinos, informó que nueve empresas palestinas participarán en los proyectos egipcios, que generarían unos 16.000 empleos, que son muy necesarios en el empobrecido territorio palestino, también asolado por la desocupación.
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En Gaza esperan que aumente la ocupación para paliar la enorme pobreza de la población.
(AP)
La presencia egipcia es palpable. Casi todas las semanas, delegaciones egipcias visitan Gaza para inspeccionar el trabajo. También han abierto una oficina en un hotel de la ciudad de Gaza para representantes técnicos permanentes.
Banderas egipcias y pancartas de empresas egipcias ondean sobre excavadoras, camiones y postes de servicios públicos. Decenas de trabajadores egipcios han llegado, durmiendo en un albergue improvisado en una escuela de la ciudad de Gaza.
Cinco días a la semana, camiones egipcios llenos de materiales de construcción fluyen hacia Gaza a través del cruce de Rafah, un contraste visible con los envíos intermitentes que llegan a través de un cruce controlado por Israel.
Suhail Saqqa, un contratista de Gaza involucrado en la reconstrucción, dijo que el flujo constante de materiales egipcios es crítico. "Los bienes no están restringidos por los cruces israelíes, y esto los hace trascendentales", señaló Saqqa.
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Se estima que 16.000 palestinos serán ocupados en las obras de reconstrucción de la Franja.
(AP)
Los proyectos son parte de un realineamiento más amplio, después de años en los que Gaza se vio atrapada en un tira y afloja entre los estados árabes tras la agitación de las protestas de la Primavera Árabe de 2011.
Un gobierno islamista electo de corta duración en Egipto estaba estrechamente aliado con el país del Golfo de Catar y simpatizaba con Hamas. Alivió el bloqueo y negoció el final de una breve guerra en Gaza en 2012. Pero al año siguiente fue derrocado por el ejército egipcio.
El líder egipcio, El-Sissi, que lideró el derrocamiento, inicialmente adoptó una postura de línea dura contra Hamás, ordenando la destrucción de una vasta red de túneles de contrabando que habían sostenido la economía de Gaza.
Catar, que apoya a grupos islamistas en toda la región, intervino para proporcionar ayuda humanitaria, incluidas maletas llenas de efectivo enviadas a Gaza con el permiso de Israel.
La rivalidad se intensificó, con El Cairo uniéndose a los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Bahrein en el bloqueo de Catar desde 2017 hasta hace un año. Pero las relaciones han mejorado, y Egipto y Catar ahora están cooperando para entregar ayuda que ayuda al gobierno de Hamás a pagar a sus funcionarios públicos.
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Egipto es un país que amplía su poder sobre Gaza, pues puede cerrar el cruce de Rafah, lo que perjudicaría aun más la economía gazatí.
(AP)
El creciente papel egipcio le da a El Cairo una herramienta poderosa para hacer cumplir la tregua por parte de Hamás. Puede cerrar Rafah cuando quiera, lo que hace casi imposible que alguien viaje dentro o fuera de Gaza, que es el hogar de más de 2 millones de palestinos. Egipto "puede asfixiar Gaza en sólo un momento" si no se cumplen sus demandas, expresó Maged Mandour, analista político egipcio.
Eso podría ser suficiente para evitar otro estallido de hostilidades a corto plazo. Pero no aborda el conflicto subyacente que ha alimentado cuatro guerras entre Israel y Hamas e innumerables escaramuzas en los últimos 15 años.
Israel y la mayoría de los países occidentales consideran a Hamás una organización terrorista, debido a su negativa a aceptar la existencia de Israel y su larga historia de ataques terroristas.
"Egipto quiere entendimientos o incluso presión sobre Hamás para que la situación no explote"
Israel, por su parte, ha impuesto una política de separación entre Cisjordania y Gaza. El actual gobierno de Israel ha descartado cualquier iniciativa de paz importante, incluso con el presidente palestino Mahmoud Abbas, respaldado por Occidente, en Cisjordania, pero ha tomado medidas para mejorar las condiciones de vida, incluida la emisión de unos 10.000 permisos para que los habitantes de Gaza trabajen dentro de Israel.
Las relaciones entre Hamas y el partido Fatah, de Abbas, se desplomaron a un nuevo mínimo el año pasado después de que canceló las primeras elecciones en más de 15 años. Los repetidos intentos de reconciliación, muchos de ellos negociados por Egipto, han fracasado.
"Egipto quiere entendimientos o incluso presión sobre Hamás para que la situación no explote", opinó Talal Oukal, un analista político que reside en Gaza.
