Veinte años después las tropas de Israel se retiraran del sur del Líbano, ambas partes se están preparando para lo que podría ser otra guerra, una que ninguno parece querer.
Las tropas israelíes se están preparando para una posible invasión del Líbano, y lanzan ofensivas contra objetivos de Hezbollah en la vecina Siria. La organización terrorista, por su parte, está fortaleciendo sus propias fuerzas y amenazando con invadir Israel. Ambos enemigos intercambian rutinariamente advertencias y amenazas.
"Nos estamos preparando seriamente para la próxima guerra. No estamos tomando atajos porque entendemos que tenemos que ser extremadamente fuertes para derrotar al enemigo", manifestó el coronel Israel Friedler, un comandante israelí que ha estado supervisando un ejercicio de una semana de duración en el que simulan una guerra con el grupo terrorista en una base en el norte de Israel.
El Hezbollah surgió como un grupo terrorista en la década de 1980, financiado por Irán para luchar contra las tropas israelíes que se encontraban en el sur del Líbano para repeler la amenaza de terroristas palestinos. En aquella oportunidad se llevaban a cabo combates prolongados, caracterizados por bombas en la carretera y ataques de francotiradores.
En mayo del año 2000, Israel se retiró del Líbano. Con la excepción de una guerra no concluyente, que duró un mes en 2006, la volátil frontera ha permanecido en gran medida tranquila.
Desde entonces, Hezbollah se ha convertido en la entidad militar y política más poderosa del Líbano. El partido y sus aliados dominan el parlamento y son el poder principal detrás del gobierno del primer ministro, Hassan Diab.
"A nivel nacional, Hezbollah ha surgido para convertirse en la fuerza preponderante en el Líbano”, expresó Hilal Khashan, profesor de ciencias políticas en la Universidad Americana en Beirut. Pero regionalmente, añadió, "la posición de Hezbollah es precaria" debido a la presión israelí, la agitación doméstica y los problemas de sus benefactores iraníes.
El grupo no puede permitirse otro choque masivo con Israel. La economía libanesa está en ruinas. Actualmente se estima que alrededor de la mitad de la población vive en la pobreza, incluso en los bastiones de Hezbollah, y las finanzas del grupo terrorista están sufriendo debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán.
El grupo también sufrió grandes derrotas en la guerra civil siria, perdiendo unos 2.000 combatientes mientras luchaba junto a las fuerzas del presidente de Siria, Bashar Assad. Una vez visto como un movimiento de liberación, Hezbollah ahora es considerado por muchos en el Líbano y la región, como un peón iraní.
Qassim Qassir, un experto en el grupo terrorista libanés, aseguró que la organización no tiene interés en ir a la guerra, pero que se ha estado preparando para la batalla durante mucho tiempo. "La guerra no será sólo una batalla de misiles" afirmó, explicando que Hezbollah podría intentar invadir partes del norte de Israel.
En una región llena de adversarios, Israel considera que Hezbollah es su amenaza más dura e inmediata.
Durante la guerra de 2006, el grupo lanzó unos 4.000 cohetes contra Israel, la mayoría de ellos proyectiles no guiados con alcances limitados. Hoy, los funcionarios israelíes dicen que el grupo posee unos 130.000 cohetes y misiles capaces de atacar prácticamente en cualquier parte de Israel. Además, creen que cuenta con sofisticados misiles antitanque, equipos de visión nocturna y capacidades de guerra cibernética.
Hezbollah opera a lo largo de la frontera, en violación del alto el fuego de la ONU que puso fin a la guerra de 2006. También ha establecido una presencia en el sur de Siria, cerca de los Altos del Golán controlados por Israel, proporcionando un frente adicional en una guerra futura. Además, Israel cree que el grupo terrorista libanés está tratando de desarrollar y construir misiles de precisión guiados.
El jeque Ali Daamoush, un alto funcionario de Hezbollah, afirmó que los israelíes tienen miedo de su programa de misiles. "Los israelíes deberían estar preocupados y asustados porque la resistencia ahora tiene la voluntad, la intención, las capacidades y la fuerza para hacer que se enfrenten a una gran derrota en cualquier confrontación que se avecine", amenazó.
Esa confrontación puede llegar antes de lo previsto. Israel reconoció haber llevado a cabo decenas de ataques aéreos en la vecina Siria en los últimos años, la mayoría de los cuales se cree que tenían como objetivo detener los envíos de armas iraníes o de tecnología de misiles hacia Hezbollah.
Siria ha acusado a Israel de llevar a cabo al menos siete ataques aéreos sólo en los últimos dos meses, los cuales se cree que impactaron contra intereses iraníes representativos. Además, aviones de guerra israelíes y drones de reconocimiento han estado volando a baja altura sobre el Líbano casi a diario en las últimas semanas.
Las autoridades israelíes sostienen que ni los problemas de Irán, incluida la crisis del coronavirus, la caída de los precios del petróleo y las sanciones de Estados Unidos, ni los problemas internos del Líbano han cambiado el comportamiento de Hezbollah. Señalan un intento reciente del grupo de enviar un avión no tripulado al espacio aéreo israelí y un incidente el mes pasado en el que presuntos terroristas dañaron una cerca a lo largo de la frontera israelí-libanesa.
En las últimas semanas, decenas de miles de tropas israelíes han participado en un ejercicio masivo en la base militar de Elyakim. Cuatro tanques israelíes dispararon poderosos proyectiles de 120 milímetros que atravesaban el valle, anotando impactos directos sobre objetivos a varios kilómetros de distancia. Las tropas terrestres maniobraron a través de un simulado pueblo libanés. La fuerza aérea, la marina y las unidades cibernéticas también se unieron al ejercicio.
Friedler, el comandante israelí, aseguró que si hay otra guerra, Israel no tendrá más remedio que cruzar la frontera para detener el fuego de Hezbollah. Dijo que luchar contra un enemigo atrincherado en áreas civiles es como "pelear con esposas", pero insistió en que sus tropas están listas.
"No será fácil para nosotros. Pero sin duda, será mucho más difícil para ellos. No tienen los medios para detenernos", aseguró Friedler.
Hezbollah también prometió cruzar a Israel en cualquier guerra futura. A fines de 2018, Israel descubrió y luego destruyó lo que era una red de túneles transfronterizos.
A pesar de estas tensiones, los residentes a lo largo de la frontera norte de Israel creen que la vida ha mejorado mucho desde que el Estado judío se retiró de su "zona de seguridad" autodeclarada hace dos décadas.
Nisim Shtern, un agricultor en la ciudad fronteriza de Kerem Ben Zimar, en el norte de Israel, pasó un tiempo en el sur del Líbano como soldado a mediados de la década de 1980 y recuerda los tiempos en que llovieron cohetes Katyusha en el área.
Shtern, que cultiva uvas para vino en sus huertos, sostuvo que la vida cotidiana es buena, pero que algunos residentes aún se ponen nerviosos.
Aun así, dijo que Israel tomó la decisión correcta de retirarse y que confía en que el ejército tomará medidas rápidas y decisivas cuando sea necesario.