El mortal ataque terrorista en Be'er Sheva ocurrido el martes, que se cobró la vida de cuatro personas, tomó por sorpresa a los funcionarios de seguridad israelíes, pero también manifestó sus mayores temores a medida que nos acercamos al mes sagrado del Ramadán, a menudo caracterizado por estallidos de violencia.
El terrorista, residente de la ciudad beduina de Hura, era casado, padre de cinco hijos y maestro de profesión. Era un miembro respetado de su comunidad, al menos según el juez que le dio una sentencia indulgente de sólo cuatro años de prisión por intentar unirse al Estado Islámico en 2016.
Según la policía, el ataque del martes fue por iniciativa propia de Muhammad Abu al-Kian y fue llevado a cabo sólo por él. Se lanzó a una frenética matanza en uno de los centros comerciales de la ciudad, apuñalando a cualquiera que viera en su camino y sólo fue detenido después de ser baleado por civiles armados que estaban en la escena.
Habiendo estado en prisión por delitos de seguridad, el terrorista estaba en el radar de las agencias de seguridad de Israel, pero ninguna inteligencia previa indicó que estuviera planeando un ataque tan horrible y asesino.
La inteligencia es difícil de reunir cuando se trata de lobos solitarios, pero el ataque del martes debería haberse anticipado debido a su proximidad al Ramadán, si las agencias de seguridad, la policía y las FDI sólo hubieran aumentado sus niveles de alerta.
Este ataque en particular corre el riesgo de incitar a otros radicales a lanzar ofensas de imitación por varias razones.
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El terrorista en una captura de video con un cuchillo y la tienda donde una de las víctimas fue asesinada.
(Ilana Curiel)
En primer lugar, el agresor era un hombre casado de unos 30 años y no un adolescente con problemas que se había peleado con sus padres o un individuo mentalmente perturbado. La naturaleza de su ataque es puro nacionalismo estimulado por su afiliación con el Estado Islámico.
En segundo lugar, las imágenes de seguridad del ataque se extendieron como un reguero de pólvora en las redes sociales. Con la ayuda de simples gráficos por computadora, esas imágenes se pueden usar fácilmente para incitar a una mayor violencia si sólo les das una bofetada con algunas banderas palestinas digitales y llamados a la venganza.
En tercer lugar, y lo más importante, el "éxito" de su ola de apuñalamientos –cuando se trata del número de muertes– lo convierte en el ataque terrorista más mortífero en Israel en los últimos cinco años. Y eso es algo a lo que se puede aspirar siendo un yihadista radical.
La naturaleza de su ataque es puro nacionalismo estimulado por su afiliación con el Estado Islámico
Sin embargo, Jerusalem y Cisjordania siguen siendo el centro de atención de los funcionarios de seguridad a pesar de la tragedia en Be'er Sheva, y llevaría tiempo ampliar su campo de operaciones para incluir otras partes del país.
El hecho de que el autor del ataque mortal fuera un ciudadano israelí ha provocado afirmaciones de que pudo llevar a cabo su ola de asesinatos debido a la laxitud policial en el Negev. Pero también podría ser el resultado del aumento del nacionalismo entre los árabes israelíes en general, especialmente dado el hecho de que la policía se abstuvo durante años de entrar en ciertas áreas del sector árabe, dejando la puerta abierta para que ocurran tales incidentes.
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La policía de Jerusalem arresta a un hombre palestino durante los enfrentamientos del 2021.
(Reuters)
Los funcionarios de seguridad son muy conscientes de las líneas borrosas entre la conducta criminal y los actos de violencia de motivación nacionalista en el sector árabe. El lucrativo negocio del contrabando de armas a través de la frontera desde Egipto y Jordania ha llevado a la distribución de armas tanto a elementos terroristas en Cisjordania como a bandas criminales en el sur.
Entre los recientes y preocupantes acontecimientos, el Shin Bet ha descubierto una red de tráfico de drogas en el norte de Israel, que fueron reclutados por Hezbolá para trabajar para la inteligencia iraní.
