La crisis en Israel tras la aprobación de la ley que anula el criterio de razonabilidad, y la decisión de cientos de pilotos y otros reservistas de las FDI de negarse a presentarse al servicio, se ha convertido en un foco de atención para los enemigos del país, que han convocado reuniones de alto nivel para sopesar la agitación y cómo podrían aprovecharla, según fuentes.
Algunos enemigos, entre ellos Hezbolá, apoyado por Irán en Líbano, se han jactado de ver a Israel fracturado por la crisis provocada por las medidas del gobierno para reformar el poder judicial. Además de la propaganda habitual difundida por grupos deseosos de ver la desaparición de Israel, estas facciones también han dedicado especial atención a la crisis en reuniones a puerta cerrada, percibiéndola como un posible punto de inflexión para Israel.
El tema se debatió en una reunión de tres horas celebrada la semana pasada en la que participaron un alto mando de la Fuerza Quds de Irán, el brazo de sus Guardias Revolucionarios que canaliza el apoyo militar a los aliados de Teherán, dos funcionarios de seguridad iraníes y funcionarios del grupo islamista Hamás, según declaró un diplomático iraní.
Tras concluir que la crisis había debilitado a Israel, acordaron que debían abstenerse de cualquier "interferencia directa", por considerar que ello podría dar a Benjamin Netanyahu la oportunidad de echar la culpa a sus adversarios.
Una fuente de Hamás declinó hacer comentarios sobre el relato, diciendo que hay conversaciones en curso entre Hamás, Irán y la Fuerza Quds "sobre toda la situación y para discutir formas de mejorar la labor de resistencia".
Un vídeo compartido en las redes sociales el martes mostraba a combatientes de élite de Hezbolá montando una patrulla poco habitual directamente en la vallada frontera libanesa con el país.
La fuente confesó que la patrulla a lo largo de la escarpada frontera, donde las tensiones se han disparado últimamente, no tenía nada que ver con los acontecimientos en Israel.
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El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, afirmó que Israel se encuentra en "la senda del colapso y la fragmentación".
(AFP)
No obstante, la fuente afirmó que los altos cargos de Hezbolá han discutido en detalle la crisis al más alto nivel y que el grupo considera que la crisis es un acontecimiento que puede aprovecharse en el futuro.
El ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, afirmó que el ejército israelí "está preparado para el combate y seguirá estándolo" a pesar de las protestas de reservistas, que acusó de "poner una pistola en la cabeza del gobierno".
El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, manifestó este lunes en un discurso que Israel estaba en un "camino de colapso y fragmentación".
Además, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, se refirió al marcapasos recientemente colocado a Netanyahu al tuitear sobre la crisis, afirmando que "el corazón del régimen sionista está en una crisis más profunda que la de su primer ministro".
Luego, fuentes cercanas a Hamás y la Jihad Islámica afirman que los dos grupos están siguiendo de cerca las protestas en Israel, disfrutando de las imágenes y esperando que las tensiones empeoren.
"Lo están siguiendo seriamente para valorar cómo esto podría reflejarse en ellos y si Israel podría exportar su crisis interna", declaró el analista político de Gaza, Adnan Abu Amer.
