El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, llevó consigo un mensaje corto, agudo y pegadizo para su muy preciso recorrido por los países de la región: Irán no quiere la guerra, pero si un ataque israelí lo obliga a entrar en una guerra, está preparado y listo para atacar con fuerza.
Y hay otro mensaje discreto que el ministro de Exteriores iraní transmite a cada uno de los líderes de los países de la región que visita: si Jordania o Arabia Saudita, o incluso el emirato de Omán en el Golfo o Abu Dhabi, cooperan o abren los cielos a los aviones de combate israelíes, Irán está preparado para responder de igual manera. Esto significa que no se puede descartar un ataque de las fuerzas proiraníes en Irak contra Jordania, o un ataque de los hutíes contra las instalaciones petroleras saudíes, o un ataque contra el contrabando de turistas en Abu Dhabi y Omán.
La misión de Araghchi fue cuidadosamente preparada en la oficina de Khamenei en Teherán. Si alguien se inclinó por un momento a sospechar que Irán no cree en las declaraciones agresivas de Israel, olvídeselo. Incluso si los aviones de la IAF no atacan instalaciones nucleares o campos petroleros, la oficina de Khamenei se está preparando para un ataque sofisticado. Desde la perspectiva iraní, Israel está jugando cruelmente con la fecha límite: pasado mañana, en una semana, en dos semanas. Como para adormecer a la Guardia Revolucionaria y al ejército iraní, y caer por sorpresa sobre un blanco rotundo. Khamenei, de 85 años, y su equipo se mudaron de las lujosas oficinas a una instalación subterránea, junto con su médico personal, medicamentos y ayudas médicas. Todavía tiene una historia inconclusa con el comandante de la Fuerza Quds, Ismail Qaani, que sí hizo una aparición sorpresa en el funeral de uno de sus lugartenientes, Abbas Nilfrushan, que fue asesinado en la Dahiya libanesa junto con Nasrallah, pero no recibió el certificado de agradecimiento que le prometió esta semana Khamenei. Es como si se hubiera conmovido, hasta que queda claro –si es que lo hace– su completa inocencia de sus vínculos con el Mossad israelí.
El Gran Tour Araghchi se inauguró la semana pasada en Arabia Saudita, Irak y Omán. Hoy llegará a Jordania, luego a Egipto y, finalmente, al destino más fácil: Turquía. Irán espera que el deterioro de las relaciones entre Egipto e Israel, especialmente entre Al-Sisi y Netanyahu, en el contexto del asentamiento de las FDI en la ruta de Filadelfia y el cruce de Rafah, conduzca a la "comprensión" egipcia y tal vez incluso a suavizar los esfuerzos para evitar un ataque israelí. A Irán le gustaría llevar a cabo este ataque sin una respuesta, pero también deja claro que una fuerte acción israelí conducirá a una guerra regional. Por lo tanto, el ministro de Relaciones Exteriores está tratando de movilizar a la parte árabe.
Con toda la amargura y la frustración por la conducta agresiva de Israel y la rendición de cuentas de la actividad de las FDI en los territorios palestinos –que incluye un completo desprecio político por la Autoridad Palestina– está perfectamente claro dónde es más conveniente que los gobernantes árabes dirijan las unidades de inteligencia, y a quién siguen vigilando. En la ecuación Irán-Israel, Irán es percibido como el factor más peligroso. Los países árabes que nos rodean están preocupados por sus verdaderas intenciones, a través de sus armas en el Líbano, Irak, Yemen y África.
Y no debemos olvidar las dos caras de Irán: militar y civil. El bando militar, de seguridad e inteligencia, junto con clérigos extremistas, constituye un tercio de los 80 millones de habitantes de Irán. El bando civil, por su parte, se lame la herida por las manifestaciones, las detenciones, las ejecuciones diarias, junto con la grave escasez de productos básicos y los alarmantes aumentos de precios, a la mayoría de la población, lo que no ha sido tenido en cuenta por el mundo occidental. Todos los intentos de provocar rebeliones y manifestaciones terminaron en nada. Las instituciones de seguridad tienen poder y armas, y el hombre de la calle de Irán –y eso incluye a respetados profesores, doctores y conferenciantes universitarios– es hasta ahora incapaz de desafiar al régimen.
First published: 13:42, 16.10.24